Con la emancipación de la conciencia, la división social del trabajo que se realiza desigualmente respecto a sí misma -la producción y el consumo- crea contradicciones en el grupo social: campo-ciudad, industria-comercio, explotadores-explotados.
“Esta división del trabajo que implica todas estas contradicciones y descansa también sobre la división natural del trabajo en el seno de la familia y sobre la separación de la sociedad en familias aisladas y opuestas naturalmente, implica también y al mismo tiempo, el reparto del trabajo y sus productos, división verdaderamente desigual tanto en cantidad como en calidad, implica, pues, la propiedad, cuya forma y primer germen se encuentra en la familia misma”. (Marx & Engels. La Ideología Alemana)
Así pues, el Estado surge de dichas contradicciones, las cuales se sintetizan en la contradicción entre el interés del individuo o la familia aisladas y el interés de todos los individuos relacionados entre sí; este interés colectivo no existe como un interés general, sino como la interdependencia que la división general del trabajo impone a todos los individuos.
“Es justamente esta contradicción entre el interés particular y el interés colectivo la que empuja al interés colectivo a adoptar, en calidad de Estado, una forma independiente, separada de los intereses reales del individuo y del conjunto, y al mismo tiempo, a atribuirse una representación ilusoria de comunidad, pero siempre sobre la base concreta de los ligamentos existentes dentro del cada conglomerado de familia, como por ejemplo: los ligamentos de sangre, de lenguaje, división de trabajo a gran escala y otros intereses. Y entre estos intereses encontramos nosotros en particular… los intereses de las clases ya condicionados por la división del trabajo que se diferencian dentro de todo el conjunto de este tipo donde una domina a todas las otras”. (Ibídem)
La existencia del Estado se analiza como un ente extraño a los individuos a los cuales se les impone de fuera y los domina; esto es como una forma de alienación social, real, operante en la división social del trabajo.
A partir del análisis de esta alienación que encubre las contradicciones sociales, se hace un planteamiento político y filosófico con el fin de que las sociedades resuelvan y superen dichas contradicciones.
En México un paso importante se dio cuando el movimiento revolucionario encontró en la Constitución Política de 1917 una fórmula que facilitaría el camino del país en ese panorama de contradicciones. Nuestra constitución, la primera con contenido de valor social, constituye el axioma valorativo último del cual se derivan los ideales valores intermedios y se deducen los objetivos a lograr por el sistema político mexicano.
Es el marco jurídico que rige y norma la batalla constante que se da en la arena política, donde lo que históricamente está en pugna es la lucha por la imposición de dos proyectos opuestos: el neoliberal y el nacionalista.
Para tratar de explicar, de alguna forma, el contenido general de ambos proyectos me permitiré anotar un breve esquema de sus propuestas:
Proyecto Neoliberal
1.- Poner al servicio del capital la acción estatal, que sería esencialmente reguladora y compensadora.
2.- Ser austero y moderar el gasto público para evitar el riesgo de provocar mayor presión inflacionaria.
3.- La empresa privada es la célula básica de la economía, por lo tanto, la actividad económica corresponde fundamentalmente a los particulares.
4.- Si se lleva a cabo una reforma fiscal se amenaza con detener el proceso de inversión.
5.- Se argumenta prudencia y moderación en la fijación del salario.
6.- Liberación de los precios.
7.- Integración del manejo de los recursos no renovables y de toda la economía nacional al mercado internacional.
8.- Construcción de obras en beneficio de proyectos privados específicos.
9.- Mayor participación de los particulares en el sistema educativo.
10.- Reforzar los mecanismos que den seguridad a la tenencia de la tierra.
Proyecto Nacionalista
1.- Demanda tendiente a aumentar la intervención del Estado en la economía y así reafirmar su carácter de rector del proceso de desarrollo nacional.
2.- Incrementar el gasto público para aumentar la producción y el empleo.
3.- Ampliar el campo de la participación de la empresa.
4.- Demanda para llevar a la práctica una reforma fiscal.
5.- Establecer un salario remunerador.
6.- Control de precios.
7.- Manejo nacional de los recursos no renovables.
8.- Construcción de obras de infraestructura que corresponda cabalmente el interés nacional.
9.- Planes educativos que respondan a las necesidades del desarrollo nacional.
10.- Profundizar en el proceso de reforma agraria.
El proyecto histórico plasmado en la Constitución de 1917, axioma valorativo último del país, adquiere, de esta manera, la connotación de ser punto de referencia del proceso: En cuanto a la selección, planteamiento, ejecución y regulación de los objetivos y resultados de la acción del Estado.
Respecto a la evaluación global de coherencia interna del proceso, constituye además el elemento equivalente para analizar el grado en que los fines se prefiguran en los medios.
josevega@nuestrarevista.com.mx
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