La economía de Coahuila en el Primer Informe de Gobierno
El último año de la administración de Rubén Moreira dejó un resultado económico que Miguel Riquelme tendrá dificultades para superar al menos durante su primer año de gobierno. El INEGI reporta que, para 2017, el PIB de Coahuila creció en un 5%, resultando una de las cuatro entidades con un mayor dinamismo en ese año, superando la media nacional que se ubicó en 2%.
Comparado con 2017, las cifras nos indican que en 2018, la economía de Coahuila ingresó a un período de desaceleración. Mientras que durante el primer y segundo trimestre del año pasado, el PIB de Coahuila creció en 5.2% y 7.2%, respectivamente, en este año las tasas de crecimiento se ubicaron en 0.23% y 0.43% para los mismos trimestres. Por lo que inferimos que, para lograr una tasa de crecimiento anual cercana al 5%, la entidad requeriría crecer a razón del 10%, en cada trimestre que resta de 2018; proporción que se antoja inalcanzable, dadas las condiciones adversas del entorno económico nacional y global, y también debido a las problemáticas que ha enfrentado el gobernador Miguel Riquelme para montar una estrategia económica que impulse el crecimiento.
Entre las dificultades con las que se encontraron las autoridades de Coahuila para sostener una estrategia de crecimiento asentada en la atracción de inversión extranjera, fue la del efecto Trump y la incertidumbre que se generó por el retraso de la firma del acuerdo de libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos, cuyo efecto fue el de modificar, retrasar o simplemente cancelar los proyectos de inversión que se tenían contemplados en el primer semestre de 2018 en Coahuila.
De hecho, con la información contenida en el Primer Informe de Gobierno que recientemente presentó el Gobernador, se puede concluir que la mayoría de los esfuerzos gubernamentales se dirigieron a la promoción de la entidad en el extranjero, en un momento que las condiciones no eran propicias para tener éxito.
La estrategia para promover el crecimiento económico perfilada por Miguel Riquelme en su Plan Estatal de Desarrollo (PED), rígidamente centrada en la atracción de inversión extranjera y en la mejora de la competitividad, excluye la posibilidad de que, frente un entorno internacional hostil, los esfuerzos se dirijan al fortalecimiento del mercado interno y al fomento de la micro, pequeña y mediana empresa en la entidad.
Nada se habló, en el referido documento, de aquellos aspectos que nos permitan concluir que la presente administración cuenta e implementa exitosamente una estrategia de fomento y fortalecimiento de las MiPyMEs. Se excluyeron, por ejemplo, aspectos como el número de nuevas unidades económicas creadas durante el primer año de la presente administración, de las acciones y apoyos para asegurar su sobrevivencia más allá del primer año de operaciones, o de los esfuerzos encaminados a fomentar la innovación tecnológica, el desarrollo de producto y el eslabonamiento de la pequeña empresa con la gran industria de valor agregado en la entidad.
Sólo algunas discretas pinceladas se abordaron en el Primer Informe relacionadas con la mejora regulatoria, apoyos administrativos y de contactos de negocios; muchas de estas acciones, llevadas a cabo por el Instituto Nacional del Emprendedor, agencia perteneciente al ámbito federal de gobierno.
Considerando que el crecimiento del PIB depende de un conjunto de factores internos y externos a la economía de la entidad, algunos de los cuales se alejan del alcance de la gestión de la política económica estatal, un elemento que sí depende de la gestión estatal, y que hoy en día resulta indispensable como una estrategia de mediano y largo plazo que favorezca la atracción de inversiones y el florecimiento y consolidación de las MiPyMEs, es la mejora de la competitividad del estado. En este punto, tanto en el PED como en el Primer Informe del gobernador Miguel Riquelme se desarrollan líneas puntuales para mejorar el Índice de Competitividad Estatal (ICE) que mide el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
No obstante, al igual que lo sucedido con el crecimiento del PIB en 2017, en este indicador la administración de Rubén Moreira también presentó buenas cuentas, lo que implica que la presente administración tendría que diseñar una estrategia más efectiva para alcanzar la meta que se propuso en el PED: lograr los 59.3 puntos en el ICE para el cierre de la administración.
En la más reciente publicación del IMCO, se reporta que de 2014 a 2016, Coahuila escaló del lugar 10 a la quinta posición nacional, consolidándose como una de las entidades más competitivas del país. Al mismo tiempo, el ICE creció de 45 a 52 puntos en el mismo período de tiempo.
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