Humberto Moreira, expresidente del PRI y exgobernador de Coahuila, se apropió de dinero público mediante licitaciones públicas en las que participaron sus empresas, algunas de las cuales llegaron a facturar 600 millones de pesos, según la declaración que prestó en San Antonio (Estados Unidos) Javier Villareal Hernández, el que fuera su secretario de finanzas entre los años 2008 y 2010, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. Su testimonio ha logrado la reapertura en España del caso Moreira archivado provisionalmente por la Justicia española. El testigo afirma que se “sobrefacturaba e inflaban las facturas”.
Villareal declaró el pasado 13 de noviembre en Texas frente al fiscal de la esa localidad Rusell Leachman, el fiscal anticorrupción español Juan José Rosa y varios funcionarios de la Policía que viajaron desde Madrid para tomarle declaración en el marco de otro caso en el que el testigo está incurso en los Estados Unidos Moreira emitió el miércoles un comunicado en el que niega todas las acusaciones y defiende su inocencia.
Según el testimonio del antiguo colaborador de Moreira se facturaron durante su etapa como gobernador “14.000 millones de pesos en los seis años de Gobierno de Humberto. Este a través de Unipolares y Publicidad del Norte (una de sus sociedades) se llevó 600 millones de pesos”.
Entre 2005 y 2010 Villareal aseguró a los fiscales haberse encargado de la gestión económica de Moreira “al margen de su función pública”, “mantenimiento de casa, viajes, coches, todo lo que necesitara Humberto. Que en ese ámbito, tuvo conocimiento o consciencia de que Humberto Moreira se apropiaba de dinero público, malversar dinero. Manejaba distintos pagos a empresas, de obras públicas, comunicaciones, publicidad. Cuando tenían que hacer pago a una empresa pública, algunas necesitaban licitación y otras no hacía falta, con solo a acreditar tres valía, y cree recordar que con cinco millones de pesos no hacía falta licitación pública. En este tipo de licitaciones, Humberto Moreira participa con empresas suyas”, dice textualmente el acta de su declaración.
Villareal afirma que en relación con la empresa Unipolares y Publicidad del Norte, “desde 2006 le pagaba el Gobierno de Coahuila a dicha empresa, se inflaba más de lo que le pagaba, había una sobrefacturación. Si el servicio, por ejemplo, era de 100, se emitía factura y pagaba por 130”. El testigo asegura que conserva facturas y fotografías de sus acusaciones y que las aportará si se le requieren. Asimismo, que dispone de documentación que acredita como esta empresa «sacaba el dinero fuera».
El testigo señala que esta empresa del expresidente del PRI no tenía estructura para prestar los servicios que facturaba y que los subcontrataba a otras compañías, las «cuales eran también de funcionarios de Coahuila, por ejemplo, David Aguillón, quien fue secretario de Gobierno entre 2011 y 2012, presidente del PRI en Coahuila, desde 2012 al 2015-16, y actualmente presidente de la Fundación Colosio. Se manejaba unos 3.000 espectaculares, y Humberto tenía unos 700 espectaculares, postes de publicidad». Villareal acusa a su exjefe de quedarse «para uso personal con el dinero que obtenía de manera ilícita».
Sobre la relación de Moreira con los hermanos González Treviño, el testigo dice que los conocía porque les pagaba los servicios, la televisión, la radio y los espectaculares (publicidad). «Se pagaban unos 25-30 millones al mes, durante seis años, a Casimiro González. Estos eran pagos del Gobierno, encubriendo pagos que no eran por trabajos reales, se emitían facturas, y al final el dinero iba a empresas del propio Humberto Moreira». «El primer compromiso con Humberto de los hermanos era que le fuera bien, le apoyaban al principio y después de ser gobernador».
Villareal señaló a los fiscales el nombre de otras empresas con las que supuestamente Moreira consiguió obra pública mediante presuntas irregularidades. Así, se refiere en su declaración a Construcciones Chavana y a Diamante. Al frente de las mismas estaban otras personas de la confianza del exgobernador que cobraban una comisión por hacer esto, se pagaba el 8 por ciento». El testigo señala a María Elena Chavana Martínez y Marco Martínez. «Se adjudicaban, se emitían facturas infladas y se abonaban», apostilla.
El testigo puntualiza que, en realidad, la obra pública se ejecutaba, pero se «inflaba la factura». «pero en el caso de los medios de comunicación no era así, porque no se veía. Se emitían facturas, que estas empresas admitían, y se quedaban con el 8 por ciento». «Ese dinero tenía distintos fines, se pagaba publicidad a gobernadores, lo pagaba Humberto Moreira para promocionar otros candidatos porque quería ser presidente del PRI, de esta manera, tenían que agradecerle que fueran gobernadores».
El exsecretario de finanzas acusa a Moreira en su declaración de haberse apropiado de 130 millones de euros (3.000 millones de pesos) , «dinero tanto para él como para el partido». Ese dinero, según su testimonio, se usaba para rentas de casas, para despensas ( regalos del candidato en las calles),y para el día de la campaña». Villareal afirma conocer estos pagos ilegales porque era el encargado de «dar el dinero para que se pagara a los votantes, pudiéndose haber entregado para Coahuila 800 millones de pesos el dia de la votación». Si el Gobierno no disponía de dinero para esos pagos se llegaba a acuerdos con empresas para que lo adelantaran.
Según Villareal, el expresidente del PRI nunca ponía nada a su nombre. Lo hacía al de su esposa. Le acusa de tener cuentas fuera de México a nombres de terceras personas cuya identidad no facilita. El testigo reconoce que su antiguo jefe le pagaba muy bien, que ganó más de 80 millones de pesos y que lo invirtió en terrenos.
También, prestó declaración en Texas ante el fiscal y los policías españoles, Rolando González Treviño, al que favoreció Moreira, según Villareal. Treviño reconoció que el exgobernador de Coahuila «intermedió» en la venta de una de sus radios en 2009 por 1.800.000 dólares, cantidad que se abonó en una cuenta en EE. UU. La emisora era La Grande de la frontera Chica y el grupo comprador Radiorama. Afirma que «Humberto le buscó quien podía comprar mejor».
En base a estas declaraciones, los fiscales anticorrupción españoles José Grinda y Juan José Rosa pidieron al juez Santiago Pedraz la reapertura del caso. Moreira fue detenido en España en 2016 bajo la acusación de blanqueo de capitales y colaboración con el cartel de Los Zetas. El magistrado y posteriormente la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional sobreseyeron el caso de forma provisional al considerar insuficientes los indicios presentados por la acusación. El testimonio de Villareal vuelve a poner el foco de la Justicia española sobre el expresidente del PRI. (EL PAÍS)
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