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En Torreón esta semana el Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada planteó en el Comité Técnico del Impuesto Sobre Nóminas su propuesta de que todo el recurso captado este año se destine al drenaje pluvial.

Se sabe que el gobierno estatal ya tiene expedientes técnicos para esas obras, no se ha dado a conocer el monto de la inversión requerida, pero se estima que la captación del ISN este año sea superior a los 300 millones de pesos.

Tal vez el drenaje pluvial no sea la única carencia, y hay seguramente más obras que se están requiriendo, pero los empresarios de Torreón tienen claro cuál es la urgencia. Entienden que mientras la ciudad siga vulnerable a las inundaciones su desarrollo y progreso están comprometidos.

En contraparte en Saltillo los empresarios vienen insistiendo en que se siga invirtiendo en infraestructura vial, principalmente al norte de la ciudad. La captación estimada del ISN será cercana a los 600 millones de pesos en esta región.

Nadie podría decir que dichas obras no son necesarias, basta ver cómo hasta las vialidades de mayor capacidad se saturan a ciertas horas, aún en donde hace pocos años se construyeron pasos a desnivel.

Son necesarias, sí, ¿pero son la prioridad y son la solución?

Bajo una circunstancia diferente a la de Torreón, pero aquí también tenemos problemas siempre que llueve, y no es que nunca se haya invertido en infraestructura pluvial, al contrario se han hecho obras importantes, pero siguen siendo insuficientes, y los problemas crecerán a la par de la ciudad.

Sin suficientes colectores pluviales, seguiremos teniendo inundaciones y calles destruidas. ¿Cuánto está teniendo el Municipio que invertir cada año en bacheo?, y no son más que parches que a lo mucho duran un año.

Indispensables los colectores pluviales, pero este tipo de obras no son muy populares, van enterradas y cuando el problema está resuelto ya nadie se acuerda de él, por eso los políticos prefieren hacer puentes, vistosos, pero el asunto es que alguien se comprometa con soluciones de fondo, lucidoras o no.

Si las inundaciones son por temporada y la saturación vial es diaria, habría quien diga que entonces lo segundo es más urgente, pero también habría que hacer un esfuerzo en otro tipo de soluciones, de más largo aliento. Resulta indispensable por ejemplo trasformar por completo el sistema de transporte colectivo, que hoy en día es ineficiente.

Hay muchos intereses en juego. Existen empresarios a los que les conviene que el transporte público siga siendo malo, pues eso les garantiza la permanencia y crecimiento del nuevo sector en el que han incursionado, el del transporte de personal que las empresas se ven obligadas a contratar para asegurar que su personal llegue a tiempo a las plantas.

Y casualmente esos mismos empresarios también se ven favorecidos con las nuevas obras viales, pues dan acceso y elevan la plusvalía de los terrenos que acumulan en Saltillo, Arteaga y Ramos, donde están involucrados en desarrollos habitacionales, comerciales e industriales.

Por eso es necesario también un golpe de timón. Nuevos enfoques en soluciones a los problemas de la ciudad, sin privilegiar los intereses de los grupos que han manipulado el crecimiento en los últimos años, y quien puede hacer esto es el gobernador Miguel Riquelme, esto lo pone ante la oportunidad de darle un sello propio a su gobierno.

Como se lo puede dar también en el tema de la salud pública, otra de las prioridades en las que debería pensarse antes que en nuevos pasos a desnivel.

Los hospitales públicos y privados están saturados. Los públicos además afrontan carencias de equipo e insumos básicos.

Hay en Saltillo dos nosocomios en proceso que no se han podido terminar aunque el anterior gobierno los inauguró hace un año, el Centro Oncológico y el Materno Infantil.

Todos estos temas, vialidad, transporte, salud, infraestructura pluvial, son de gran complejidad, ameritan análisis de fondo y proyección de largo plazo. En forma somera se ponen sobre la mesa como un llamado de atención a que se revisen prioridades y se rompan inercias.

 

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Por lo que se ve, ya están decididos a que en el PRI, en lo que se refiere a Coahuila, nadarán de muertito al menos hasta mediados del año próximo.

Le dieron vía libre a Rigo Fuentes para montar la simulación que necesitaba para darle apariencia de legalidad a su permanencia en el Comité Directivo Estatal, y lo de menos es el fuerte tufo a trampa, el PRI está tan solo y tan lejano de la sociedad que a pocos molestará, lo grave es precisamente eso que sigan solos y ajenos.

El gobernador necesita un partido fuerte, que le respalde, que entre con decisión cuando hay conflictos o diferencias políticas y construya una posibilidad real de buenos resultados en la elección intermedia de 2020, y Rigo no da para eso, además de que sus lealtades no están con Riquelme, siguen extrañamente con el grupo que le diseñó su derrota el año pasado cuando fue candidato a diputado en Torreón.

Autor

Eduardo De la Peña de León

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