El oso negro americano (Ursus americanus) es una especie considerada en peligro de extinción a nivel nacional y sujeta a protección especial en la Sierra del Burro, en el norte de Coahuila, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Como parte del proyecto Desierto Viviente y con la finalidad de contribuir al equilibrio medioambiental de la región, el Museo del Desierto (Mude) realiza esfuerzos de rescate, rehabilitación y conservación de este mamífero representativo del noreste de México.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, los protagonistas de esta iniciativa de conservación explican la importancia de esta especie, su estado actual en el sureste de Coahuila y las alternativas para contribuir a su conservación.
Con esta labor ecológica, el Mude busca crear conciencia en sus visitantes y la sociedad en general, respecto al valor de la fauna de la entidad y fomentar el cuidado y protección de la naturaleza como parte de una cultura ecológica que trascienda hasta las próximas generaciones.
EL OSO DEL NORTE DE MÉXICO
Desde 2007, el Mude inició trabajos de rescate y conservación del oso negro americano en el estado.
“Es uno de los mamíferos más grandes que hay en el norte de la república y el continente americano. Es una especie que habita entre los 600 hasta los tres mil metros sobre el nivel del mar, estos animales se pueden encontrar desde Alaska, Canadá y Estados Unidos”, explicó José Antonio Valencia Reyes, médico veterinario responsable del Mude.
El oso negro puede medir en vida silvestre desde 1.30 metros (m) hasta 2.10 m y llega a pesar entre 50 y hasta 175 kilogramos (kg) incluyendo hembras y machos, la hembra siempre más pequeña. En cautiverio, son animales que llegan a medir 2.20 m y pesan hasta los 200 kg. Habitan principalmente bosques de pinos y encinos en las serranías.
“Es uno de los mamíferos más grandes que hay en la república mexicana, hay que tener en cuenta que dentro de los osos que hay es pequeño, eso viene en relación a la cantidad y calidad del alimento que tiene disponible. Es decir, un oso que se encuentra en Alaska de otra especie está acostumbrado a cazar animales de mayor talla, y al cazar animales de mayor talla, tiene que ser más robusto y grande. Aquí en la república mexicana tienen acceso a liebres, uno que otro insecto y eso va íntimamente ligado a su tamaño”, detalló el veterinario del Mude.
De acuerdo con la época del año, son animales que están acostumbrados a comer desde bayas, legumbres, algunos helechos, en época de primavera, hasta yuca, sotol, nopales, roedores, etcétera. En cautiverio consumen entre los 10 y 25 kilos de alimento por día, su comida incluye frutas, arroz, avena, fuentes de proteína que pueden ser pollo o sardina, hasta suplementos alimenticios como vitaminas y minerales.
El oso negro americano está considerado en peligro de extinción a nivel nacional y sujeto a protección especial en la Sierra del Burro, en el norte de Coahuila, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 de Protección ambiental de especies nativas de México de flora y fauna silvestres, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Este mamífero forma parte de estas categorías debido a la cacería furtiva, la baja disposición de alimento y la fragmentación de su hábitat por las actividades del hombre.
Valencia Reyes señaló que de acuerdo con los últimos estudios que se hicieron, en Coahuila podemos encontrar un oso por kilómetro cuadrado (km2), en tanto, otro estudio sobre una región de Arizona con clima similar, determinó que había un oso cada tres km2. Este saldo positivo es a raíz de convenios de diferentes niveles de gobierno con ganaderos para la protección de la especie y mayor cultura de cuidado al animal que hace dos décadas estuvo a punto de extinguirse.
“Sin embargo, no deja de estar en riesgo de extinción, por lo mismo, hay nuevos intereses de cazadores que buscan la vesícula biliar y ocasionan la cacería furtiva en la región del oso negro. Es fundamental evitar la cacería furtiva para que esta especie no desaparezca”.
El médico veterinario aclaró que, a diferencia de la creencia popular, el oso negro no hiberna, ya que esta acción del animal está relacionada con la disposición de alimento. En este caso, la región no tiene inviernos tan extremos y sus nevadas son aisladas en comparación con otras zonas de Norteamérica, por lo que siempre hay alimento para el oso negro. Únicamente hibernan las hembras jóvenes o preñadas.
CENTRO DE RESCATE Y CONSERVACIÓN
Como parte del proyecto Desierto Viviente del Museo del Desierto, la institución se convirtió en un centro de rescate y conservación de oso negro americano desde hace poco más de una década.
El Mude se ha convertido en un centro de rescate para osos negros cuando hay catástrofes medioambientales como incendios forestales, ya que si hay presencia de osos durante el siniestro, se presenta el caos, debido a que en temporada de primavera-verano, normalmente, las hembras tienen crías y se pierden sus cachorros cuando el humo no les permite olfatearlos y se separan.
Actualmente, el Mude cuenta con seis ejemplares de oso negro americano, dos hembras y cuatro machos, desde cachorros hasta dos adultos de 20 años de edad. Los especialistas indicaron que en el Mude no se reproduce la especie, debido a la falta de espacio para más osos.
Los especialistas coincidieron en que el Mude seguirá con su labor de rescate de osos y rehabilitación hasta donde sea posible en sus instalaciones. Sin embargo, trabajan en una posible reintegración de individuos de osos a su hábitat. (CONACYT)
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