Croacia se confirmó como una de las revelaciones del Mundial al derrotar en una dramática tanda de penales a Dinamarca y avanzar a cuartos de final, donde la espera Rusia y la posibilidad de repetir su histórico pase a semifinales de hace 20 años en Francia.
Tras un arranque frenético con goles tempraneros de Mathias Jorgensen (1′) y Mario Mandzukic (4′), siguieron 120 de un empate persistente que ni siquiera pudo romperse con un penal atajado por el arquero Kasper Schmeichel a Luka Modric (116′).
En una tanda de penales con cinco tiros atajados por los arqueros, Ivan Rakitic marcó el 3-2 definitivo en Nizhni Nóvgorod, el mismo escenario en que los croatas habían goleado 3-0 a Argentina en la fase de grupos.
El equipo liderado por Modric, que había ganado todos sus partidos de la fase de grupos, jugará ahora los cuartos de final el sábado 7 en Sochi frente a Rusia, que horas antes se apuntó a la fiesta de sorpresas de su Mundial eliminando a España también por penales.
Una victoria ante el anfitrión -un equipo con más entusiasmo que fútbol- devolvería a Croacia a unas semifinales por primera vez desde las jugadas en Francia 1998 por el equipo de leyendas como Davor Suker, Slaven Bilic o Zvonimir Boban.
Desde entonces, Croacia no había llegado nunca a unos octavos de final en un Mundial y el mayor logro de su fútbol perseguía a la nueva generación de talentos. Dinamarca, por su parte, se quedó a las puertas de igualar su mejor actuación en un Mundial, los cuartos de final que logró también en Francia 1998.
El cara a cara entre dos equipos que habían recibido apenas un gol en la fase de grupos prometía poca acción en las áreas, pero sorprendió en cambio uno de los arranques más explosivos del Mundial con dos goles en cuatro minutos.
Jorgensen adelantó a los daneses en el primer minuto al encontrarse el balón en el área chica tras un lateral. Su disparo rebotó en el arquero Danijel Subasic y se coló pegado al palo.
En la jugada tras el saque del centro croata, un pase de la muerte de Sime Vrsaljko fue despejado por Andreas Christensen, pero el balón rebotó en un compañero y llegó a Mandzukic, que no perdonó el regalo: derechazo y primer gol del croata en Rusia.
Tras la anarquía inicial, el 1-1 devolvió el partido al guion previsto. Croacia se hizo con el balón gracias a un Modric desequilibrante, pero Dinamarca siguió creando peligro con balones en profundidad y arremetidas de su estrella Christian Eriksen.
Los nórdicos pudieron volver a sacar ventaja en un mano a mano tapado por Subasic a Martin Braithwaite o en un centro de Eriksen que se desvió y rozó el ángulo del arco, mientras que Ivan Rakitic forzó al arquero danés Kasper Schmeichel con dos remates peligrosos.
El segundo tiempo arrancó con ambos equipos lo suficientemente cautos como para adormecer al público y dejar una escena extraña. De la tribuna comenzaron a bajar cánticos alentando a Argentina: hinchas albicelestes que tenían entrada confiados en que su equipo sería primero de grupo y estaría en la cancha en lugar de Croacia.
En el campo, Dinamarca mostró por fin la versión «más ofensiva» que había prometido su técnico sobre todo gracias a un Yussuf Poulsen imparable. De sus pies salió una buena ocasión de gol con un remate de Jorgensen tapado una vez más por Subasic en el minuto 73.
Croacia despertó en el tramo final con un disparo desviado de Modric desde la puerta del área y otro de Ante Rebic tapado por Schmeichel. También Ivan Perisic probó suerte y Lasse Schone respondió para Dinamarca, pero el 1-1 se mantuvo y el partido fue a la prórroga.
Los 30 minutos adicionales mostraron por qué el choque enfrentaba a dos de las defensas más sólidas del Mundial. El cansancio en las piernas y dos arqueros enfocadísimos impidieron varias ocasiones de firmar una victoria agónica para cualquiera de los dos equipos.
El empate parecía justo y la definición por penales tan inevitable que ni siquiera Modric pudo impedirla.
El astro croata dio una asistencia magistral a Andrej Kramaric, que eludió al arquero y fue derribado cuando se disponía a marcar, pero el propio Modric disparó el penal y Schmeichel lo contuvo. El padre del arquero, el legendario Peter, celebró en la grada.
La lotería de los penales, sin embargo, terminó sonriendo a Croacia y a ahorrando a Modric un tropiezo que no olvidaría.
Eriksen disparó al palo y Schmeichel igualó la tanda conteniendo el tiro de Milan Badelj. En medio de una presión inmensa, Modric convirtió esta vez el suyo. Subasic puso en ventaja a Croacia atajando el tiro de Schone y Schmeichel volvió a responder tapando el de Pivaric, pero el arquero croata tapó también el disparo de Jorgensen y Rakitic marcó el definitivo.
El equipo de Zlatko Dalic mostró que también sabe ganar sufriendo y que tiene la suerte de su lado, dos valores tan importantes como el buen fútbol en un torneo como el Mundial, y es ya la revelación de Rusia 2018 junto con la anfitriona. Si es también capaz de igualar o superar la gesta de hace 20 años se sabrá el próximo sábado. (dpa)
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