Por Charlotte Zink
Londres.- La Grenfell Tower se destaca en el barrio londinense de Norh Kensignton cubierta de lonas blancas. Sobre las lonas, en la punta de la torre de viviendas, se ve un corazón verde y las palabras «Grenfell – forever in our hearts» (Grenfell-Por siempre en nuestros corazones).
La torre de viviendas sociales de 24 pisos es reconocible por su estructura y su fachada, quemada de negro. Allí, 72 personas perdieron la vida hace un año, el 14 de junio de 2017, en un devastador incendio.
Los familiares de las víctimas están hablando públicamente sobre el siniestro en una investigación judicial iniciada hace pocos días, poco menos de un año después de la catástrofe. El dolor es profundo y sigue habiendo enojo hacia las autoridades. En tanto, queda cada vez más claro que las reglas de protección contra incendios fueron ignoradas en el edificio.
Mariem Elgwahry y su madre Eslah fueron víctimas de esto. Las dos mujeres vivían juntas en la vivienda 196 del edificio. Cuando quedó en llamas en la madrugada, huyeron a lo de un vecino en uno de los pisos superiores y rogaron ser salvadas, en vano. Las llamas treparon por el revestimiento del edificio hasta la punta en poco tiempo.
Una y otra vez, Ahmed Elgwahry lucha contra sus propias lágrimas cuando cuenta cómo su hermana y su madre lo llamaron en la noche del siniestro. Su hermana sonaba «atemorizada y tensa», dijo.
Hasta que ya solo escuchó el crepitar de las llamas, el joven padre de familia se quedó pegado esa noche al teléfono mientras permanecía de pie delante de la Torre Grenfell. «No puedo respirar», fueron las últimas palabras que dijo su madre.
No muy lejos del lugar en el que Ahmed Elgwahry escuchó hace un año por última vez la voz de su madre, hay hoy paneles blancos alrededor de las ruinas. Los familiares dejaron varios mensajes a sus seres queridos. «Los amamos, descansen en paz», «¡Nunca los olvidaremos!».
Sin embargo, la tristeza se mezcla con el enojo. La organización vecinal Justice4Grenfell (Justicia para Grenfell) se queja en su página web de que no hubo siquiera detenciones tras la catástrofe.
La primera ministra británica, Theresa May, pidió este lunes disculpas por no haberse reunido con los sobrevivientes del incendio de la torre Grenfell de Londres inmediatamente después de la tragedia.
«Fue una tragedia sin parangón en la historia reciente. Aunque mucha gente hizo un trabajo increíble durante el incendio y después quedó claro que la respuesta inicial no fue lo suficientemente buena. Me incluyo en eso», escribió May en el diario «Evening Standard».
Los resguardos para evitar incendios fueron ignorados totalmente en el edificio, afirman expertos en la investigación oficial. La trampa mortal para la Grenfell Tower habría sido, sobre todo, un nuevo revestimiento colocado en la fachada de material inflamable. Pero por ahora no queda claro si alguien será responsabilizado por ello, como desean los supervivientes y familiares de las víctimas.
También son duras las críticas a los bomberos, ya que recién horas después de que comenzara el fuego revisaron su indicación a los habitantes de que se quedaran en sus hogares cuando les quedó en claro de que no podrían controlar el fuego.
Y a la vez está en entredicho el comportamiento de las autoridades locales tras el siniestro, entre otras cosas porque muchas familias no recibieron una nueva vivienda a casi un año de la catástrofe.
En total, se vieron afectados por el incendio 210 hogares, informó la BBC. De ellos, 201 aceptaron tras la catástrofe la oferta de ser alojados de forma permanente o pasajera en una vivienda amueblada. De estos hogares, 138 se mudaron hasta mediados de mayo a nuevas viviendas, solo 74 de ellos de forma permanente.
Este no es el único tema en el que aún falta actuar un año después de la catástrofe. «Más de 300 edificios aún tienen el mismo peligroso revestimiento de la Grenfell Tower», dijo a «Independent» el político laborista opositor John Healey (el llamado «ministro en las sombras» para Comunas). «Solo a diez de ellos se les cambió», dijo. El Reino Unido cuenta, además de con un gabinete oficial, con un «gabinete en la sombra» integrado por parlamentarios elegidos como portavoces de la oposición.
Para los críticos, este es un duro fracaso y piden reglas más claras y una prohibición general del peligroso material de construcción para que no se repita una catástrofe similar.
Para las víctimas, como Mariem y Eslah Elgwahry, estas nuevas medidas de seguridad llegan demasiado tarde. Ahmed Elgwahry afirma que fueron «asesinados y incinerados» en la Torre Grenfell. Su principal deseo es uno: que no se las olvide. (DPA)
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