Deben universidades promover innovación social

A través de la extensión y el servicio, las universidades pueden resolver los problemas regionales, detonar su economía y su crecimiento social. A este fenómeno se le llama innovación social: Victor Guadarrama. Foto: Mariana Dolores. 

Los conflictos locales pueden resolverse por grupos universitarios utilizando el  modelo integral de la innovación social.

Las cuatro funciones sustantivas que deben cumplir las Instituciones de Educación Superior (IES) son: enseñanza, investigación, extensión y servicio. Sin embargo, estas dos últimas son las más desatendidas por las universidades.

De acuerdo con Víctor Guadarrama, asesor de proyectos estratégicos del Foro Consultivo Científico y Tecnológico la extensión y el servicio está relacionado con la capacidad de vinculación de la universidad con su comunidad; sin embargo, aún hay deficiencias en esta vinculación lo que deriva en otros problemas.

“En ocasiones el modelo de las universidades o los institutos tecnológicos (queramos o no) están formando talento humano para exportarlo hacia las ciudades capitales o al extranjero, en donde ya existe una estructura tecnológica o científica consolidada y dejando de lado todo el desarrollo que podrían fomentar en sus comunidades porque no están vinculándose entre sí”, observó el economista.

A través de la extensión y el servicio, las universidades pueden resolver los problemas regionales, detonar su economía y su crecimiento social. “A este fenómeno se le llama innovación social porque adopta una perspectiva sostenible y equitativa en la resolución de los problemas”, explicó el especialista en innovación social.

En sí, agregó, las universidades son promotoras del desarrollo científico, pero deben integrar una perspectiva de innovación social en sus procesos ya que si no atendemos los problemas de las comunidades o si no fomentamos esos desarrollos locales los problemas que ellos tienen se transforman en delincuencia o aumento de la pobreza.

“Si analizamos actualmente los problemas que tiene México, por ejemplo en el campo de la salud, veremos que la mayoría de programas creados para resolver la obesidad o la diabetes —dos enfermedades con gran incidencia en nuestro país— son ‘reaccionarios’; es decir fueron creados para combatir los altos índices de mortandad y enfermedad, pero ninguno de ellos es preventivo”, comentó.

Explicó que si vemos los problemas de México como un árbol nos daremos cuenta que es necesario diseñar estrategias para cortar con el problema de raíz. “El árbol de problemas es una herramienta que te permite observar las causas que están originando el problema y cuáles son sus consecuencias. Muchas veces las políticas públicas atacan las ramas del problema y no la raíz. Pero con la innovación social, los problemas se convierten en retos y significan una oportunidad para hacer innovación”, advirtió.

En este sentido, cada universidad puede atacar un problema si utiliza el árbol de problemas y el modelo integral de innovación social. “Los conflictos locales se pueden resolver utilizando el modelo integral de la innovación social mediante la coordinación de grupos universitarios de distintas disciplinas”.

No obstante, la innovación social que deben impulsar las universidades también debe ocurrir al seno de la educación. “Por ejemplo, más del 60 por ciento de la atención médica que recibimos los mexicanos es por un pasante de medicina; es decir, explotamos el talento humano que sale de las universidades, y al tener una alta concentración de recursos humanos en las ciudades el destino de quienes realizan su servicio social son las comunidades más alejadas de México donde los estudiantes son extranjeros. Eso es violencia, exponemos al joven a un riesgo innecesario”, comentó.

Adicionalmente, dijo, muchos estudiantes de medicina no quieren atender una comunidad porque lo perciben como una actividad sin futuro en el sentido de que no pueden crecer en su área. Sin embargo, si implementamos el modelo integral de la innovación social para crear un proyecto de salud preventiva a nivel local, donde los universitarios pueden aplicar su conocimiento médico a su comunidad.

De este modo —comentó— las universidades retienen al talento que forman, generan crecimiento económico y desarrollo social regional.

“Hasta hace algunos años Europa identificó que la única forma de atender los Objetivos del Desarrollo Sostenible propuestos por la Organización de las Naciones Unidas es a través de la innovación social y ahí las universidades juegan un papel fundamental para promoverlo”, concluyó. (FORO CONSULTIVO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO, AC)

 

Pie de foto: A través de la extensión y el servicio, las universidades pueden resolver los problemas regionales, detonar su economía y su crecimiento social. A este fenómeno se le llama innovación social: Victor Guadarrama. Foto: Mariana Dolores.

 

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