Solamente existen tres carpas de títeres en el país; una de ellas en Saltillo
TEXTO: OMAR SOTO
FOTO Y VIDEO: JOSÉ TORRES
Hilos a través de manos y crucetas, muñecos esperando la tercera llamada, memorias y una carpa que guarda risas y sueños, son parte del Fantástico Mundo de Los Galini, espacio que se ha heredado y que guarda en sus rincones una tradición que se remonta al año de 1910, cuando don José Guadalupe Becerra, decidió construir su primer carpa y convertirse en titiritero.
“Mi bisabuelo traía la carpa de títeres, se llamaba Teatro Salón Portátil Rivas, la trabajaba mi papá. Mi papá y mi abuelo junto con mi tío Gilberto, emprendieron la carpa con trabajadores, de ahí vino la carpa que instalaron en varias partes de la República. Trabajaban en fiestas patronales, en ferias, placeando cuando llegábamos a una colonia. Duraban ocho o 15 días trabajando y de ahí se desarmaba y se iba a trabajar a otra plaza hasta que les tocaba llegar a una feria grande”, compartió Martha Patricia Escobedo Becerra, en entrevista con EL HERALDO.
A pesar de enfrentar momentos de pausa, la carpa en sus diferentes versiones, se ha mantenido en pie. José Guadalupe, hijo del fundador de Teatro Salón Portátil, fue el primero en heredar la carpa que inició con un repertorio de más de 350 títeres.
“Así se fue pasando de generación en generación. Esa carpa (la original) se guardó en Aguascalientes, y cuando fueron a recuperarla ya no la encontraron, la dejaron en una casa de renta, pero solo estaban los títeres. Duraron muchos años guardados los títeres, hasta que mi papá decidió volverla a hacer, y con sacrificios armaron de nuevo la carpa y se llamó igual que la primera vez”, señaló Patricia.
Gracias a la pasión de José (hijo) por los escenarios y el entretenimiento, los títeres cambiaron de sus manos a las de sus hijos, lo que prolongó el espectáculo después de su deceso.
“Ahí empezamos nosotros (Patricia y sus hermanos) con mi padre y con mi tío Gilberto. De esos siete, dos de las hijas junto con mi madre se encargaban de la puerta. En la parte del foro, trabajábamos mis hermanos José Guadalupe Becerra, José Luis y una servidora, junto con mi padre y mi tío Gilberto (…). Al poco tiempo mi padre falleció, le pegó una enfermedad muy fuerte de cáncer, tenía 45 años. La carpa se guardó una temporada y nos dedicamos a trabajar en varios comercios”, dijo doña Paty.
Pero el show debe continuar, y después del duro golpe tras su pérdida, Martha y sus hermanos decidieron honrar la memoria de su padre. Las luces se encenderían de nuevo y los títeres volverían a cobrar vida a través de ellos, recorriendo gran parte de la República Mexicana.
“Se volvió a armar todo, volvimos a sacar la carpa todos los hermanos junto con mi madre. Íbamos a trabajar a todas las ferias, las mayores donde trabajamos fueron la Feria de San Marcos, en Aguascalientes; la de Zacatecas, y ya después nos fuimos en fiestecitas patronales, pero muy concurridas en el sur del país. En el norte trabajamos todo, pasábamos medio año trabajando en el norte y medio año en el sur”, recordó.
En palabras de Patricia Escobedo, uno de los momentos más tristes y duros en su familia, fue cuando perdieron su carpa y gran parte de los títeres que pertenecieron a su bisabuelo, a causa de un accidente.
“Mis hermanos decidieron entrar a estudiar, se convocó a reunión familiar y optamos por volver a guardar la carpa. En esa temporada traíamos unos jueguitos, regresábamos a guardar la carpa, veníamos de Acuña o Piedras Negras, y desgraciadamente la carpa se nos quemó, explotó un camión antes de llegar a La Muralla. Se quemó toda la carpa y parte de las maletas de los títeres. Rescataron nada más algunos que venían en otra camioneta. Fue mínima la cantidad de títeres que se salvaron”.
EL FUTURO DEL OFICIO
En un terreno ubicado en la calle Raúl de la Peña, de la colonia Libertad, al norponiente de Saltillo, se encuentra la carpa “El Fantástico Mundo de los Galini”, símbolo de una historia que a pesar de la adversidad perdura, gracias a la hija de Patricia, Guadalupe Galindo Escobedo “Poly”, quien decidió continuar con el espectáculo.
“Los pocos títeres que teníamos ya no se volvieron a sacar, hasta en 1996. Poly empezó con que quería sacar la carpa. Siempre le gustó dar funciones. Me decía ‘un día voy a traer la carpa como la traía mi bisabuelo’. Yo le decía ‘tú estás loca, si se lleva mucho dinero, de dónde vamos a sacar tu papá y yo’, me decía ‘un día vamos a sacar la carpa’ y bendito Dios, con muchos esfuerzos de su pareja y ella, han logrado sacar la carpa adelante”, apuntó Patricia, quien con orgullo habla de su hija, ya que asegura es quien mantiene en pie la tradición.
Guadalupe Galindo respondió al llamado de su legado familiar y al término de la década de los noventa desempolvó los títeres y los 30 números que presentaba su familia originalmente. La música de la carpa se escuchó de nuevo y el espectáculo renació.
“Cuando yo tenía 12 años me tocó trabajar con ellos en las ferias. En 1999 hice mi primera carpa de madera y empezamos a dar funciones, cobrábamos cinco pesos. Como que ya lo traes en la sangre, siempre me llamó mucho la atención. Cuando empezamos con nuestro negocio, no teníamos nada, empezamos desde el suelo”, dijo Guadalupe.
El Fantástico Mundo de los Galini, nació con la ayuda de Miguel Ángel Sánchez, herrero y pareja de Guadalupe, ya que construyó una nueva y más manejable carpa, misma que ha visitado importantes festivales del quehacer titiritero, siendo el Festival Internacional del señor Rosete Aranda el más importante, y en el que compartieron espacio con artistas de Canadá, España, Estados Unidos, Argentina y Checoslovaquia.
“Cuando yo saqué la carpa, como mis hermanos y yo nos apellidamos Galindo, le puse Títeres Galini. El nombre nació porque nos fuimos a trabajar a un rancho y vi que pasaron unas señoras y una dijo ‘qué dan aquí’, y otra contestó ‘pues que son los títeres Galini’, en lugar de decir Galindo y me gustó cómo se oyó. Ya todos los reconocimientos de ahí para acá vienen como Teatro Carpa Galini de los Hermanos Galindo”, mencionó Poly.
Actualmente el espacio del Fantástico Mundo abre sus puertas periódicamente, dando funciones viernes, sábados y domingos, con un costo de 30 pesos, en un show apto para todas las edades. Guadalupe busca que la tradición de su oficio continúe en manos de su sobrino Rubén.
“Ahora el que nos sigue mucho es mi sobrino y qué bueno, porque de todos mis primos, de toda la familia de mi mamá, a ninguno le llamó la atención. Le ponemos mucho empeño a que mi sobrino le guste, porque si me muero yo ¿dónde se va a quedar todo esto?”, precisó Poly.
TRADICIÓN QUE CONTINÚA
Guadalupe asegura que durante los últimos años ha buscado diversas alternativas para que su oficio y la historia de los títeres continúe, por lo que se encuentra en búsqueda de nuevos espacios donde presentarse, siendo la Expo Feria Saltillo el que más le entusiasma.
“La ventaja es que la fama que tenemos nosotros nos la hemos ganado como compañía (…). Hemos pasado de todo y nos hemos mantenido. Nosotros lo que tratamos de hacer es que Saltillo se dé cuenta, que reconozca la gente que se está perdiendo de mucho. Lo de nosotros es de herencia”, dijo.
Otro de sus planes está en conseguir apoyo de los gobiernos estatal y municipal, para la creación de un museo donde se exhiban la serie de muñecos que rebasan los 350 ejemplares, algunos de ellos pertenecientes al fundador de Teatro Salón Portátil.
“Yo veo que se va a conservar, si se da el apoyo que estamos buscando. Si no tenemos ningún tipo de apoyo se va a perder, al ya no estar nosotros ya no se va a mover. El futuro que se le puede dar a los títeres es el de darles promoción y hacerles un museo. Si ya se conservaron más de 100 años, pues igual se pueden conservar 100 más”, mencionó.
Poly asegura tener una conexión con los títeres, ya que es a través de ellos que manifiesta su pasión por el arte escénico, mismo que ha perfeccionado con el paso de los años.
“Yo toda mi vida, desde que tengo uso de razón soy titiritera. Es una satisfacción personal. Me gusta mucho ver que la gente viene, ves a la gente y vuelven a ser niños en el espectáculo. Ya arriba del escenario se te olvida todo”.
El show de Los Galini cuenta con renombre tanto nacional como internacional, ya que cuentan que gente de muchas partes del país y extranjera, viaja hasta su carpa para presenciar su espectáculo, que ha logrado cautivar a chicos y grandes, y que lucha por seguir existiendo.
El Mundo de Los Galini sigue contando una historia que entrelaza con hilos, manos, dedicación y perseverancia, el pasado y el futuro de un oficio que pareciera casi extinto. En México, sólo habitan tres carpas de títeres, una en Aguascalientes, otra en Oaxaca, y la de la familia Galindo, en Coahuila.
“Traemos títeres que tienen más de 100 años. Somos dignos de una mejor suerte, porque el espectáculo lo vale, por trayectoria, tradición e historia. Hemos ido a representar a Coahuila a muchos lugares. La historia de mi familia y sus títeres se ha desarrollado en Coahuila”, finalizó. (OMAR SOTO)
DATOS:
- Solamente existen tres carpas de títeres en el país, ubicadas en Saltillo, Aguascalientes y Tlaxcala.
- Entre los títeres de los Galini se encuentran varios personajes famosos como Vicente Fernández, Paquita la del Barrio o Juan Gabriel.
- En los actos participa toda la familia Galindo Escobedo con diferentes funciones cada uno, desde vender boletos, atender la dulcería y mover los hilos de los títeres.
- Hay títeres que llegan a tener hasta 21 hilos, cada uno mueve una parte de su cuerpo.
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