El científico inglés desarrolló conceptos que permitieron entender las características de los agujeros negros, en los que al principio nadie creía, y aventuró hipótesis para entender los orígenes del Universo: José Franco.
La muerte del físico británico Stephen Hawking, anunciada por sus hijos en Reino Unido fue recibida con pesar en la comunidad científica internacional. La Royal Society de Londres; la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos; el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, de México, y divulgadores de la ciencia como el astrofísico Neil deGrasse, lamentaron el deceso.
En las primeras horas, tras conocerse la noticia de la muerte de físico teórico de 76 años, diferentes investigadores recordaron que Hawking usó las matemáticas y la teoría general de la relatividad para ayudar a comprender muchas singularidades astrofísicas del Universo, como el origen asociado a una gran explosión o Big bang, así como las interacciones de los agujeros negros con su entorno.
En su página oficial, la Royal Society, fundada en 1660, recordó que Stephen Hawking fue una de las personas más jóvenes en ser invitada a formar parte de ésta, que es la sociedad científica más antigua del planeta.
“Stephen Hawking superó retos inimaginables para convertirse en uno de los científicos más influyentes y reconocidos de nuestro tiempo. Su vida es un testimonio del poder de la creatividad humana y la imaginación. Fue elegido miembro de la Royal Society a la excepcionalmente temprana edad de 32 años. También fue excepcional su capacidad para conectar e inspirar al público del mundo. Él logró todo esto a pesar de una larga batalla con una enfermedad neuro-motora y servirá de inspiración a todos. Será echado de menos”, escribió en un mensaje el presidente de la Royal Society, Venki Ramakrishnan.
En México, el astrofísico y coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, José Franco, calificó a Hawking como un gran generador de ideas que desde fines de los años 60, desarrolló una serie de trabajos que ayudaron a entender cómo funcionaba la física de los agujeros negros.
“En aquella época, los agujeros negros eran, más bien, una curiosidad. La comunidad científica no creía en su existencia y, de hecho, la evidencia de que en los centros de las galaxias hay agujeros negros se comenzó a dilucidar hasta la década de los años 90. El trabajo de Hawking fue pionero en este área y contribuyó a construir el mejor cuerpo de ideas sobre las características de los agujeros negros y del inicio de nuestro Universo”, indicó José Franco.
La NASA de Estados Unidos, también recordó al científico fallecido con fotografías sobre su visita a instalaciones de esa institución, cuando tuvo oportunidad de experimentar la gravedad cero.
“Recordaremos a Stephen Hawking, un físico reconocido y Embajador de la ciencia. Sus teorías abrieron un universo de posibilidades que nosotros y todo el mundo estamos explorando. Ahora usted podrá seguir volando como Superman en microgravedad, así como como él dijo a nuestros astronautas en 2014”, dice el mensaje difundido por la NASA en homenaje.
Por su parte, el astrofísico Neil deGrasse, que es uno de los divulgadores de la ciencia más conocidos de Estados Unidos por conducir la secuela de la serie de televisión Cosmos, que fundó Carl Sagan, también publicó un mensaje la madrugada del jueves 14 de marzo.
“Profesor Hawking, su fallecimiento ha dejado una estela de vacuidad intelectual. Pero no es vacío. Piense en la muerte como una especie de energía de vacuidad que impregna al tejido del espacio-tiempo aunque desafía el poder ser medida”, expresó deGrasse, quien también dirige el Planetario Hayden, que forma parte del Museo de Historia Natural, en Nueva York.
A pesar de no haber recibido el Premio Nobel, Stephen Hawking, quien padecía una enfermedad que limitaba sus movimientos (esclerosis lateral amiotrófica), era considerado como una de las mentes más brillantes de la ciencia del siglo XX y principios del XXI. Escribió el libro de divulgación científica Breve historia del tiempo. Desde que fue publicado, en 1988, su libro más conocido se mantuvo cuatro años y medio (237 semanas) entre los 50 más vendidos del Reino Unido, de acuerdo con las listas del periódico londinense The Sunday Times. (FORO CONSULTIVO CIENTÍFICO Y TECNPLÓGICO, AC)
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