JESSICA ROSALES
Solidaridad
Con tanta guerra política y campañas negras en todo el país, la sociedad vive inmersa en un ambiente hostil, de confrontación y con una apatía constante para participar con acciones que, por mínimas que parezcan, pueden contribuir en el bienestar social
Hace poco más de un mes, el 30 de enero exactamente, una usuaria de Facebook subió una imagen a la red en la que retrataba a un señor velando el cuerpo de su esposa en Saltillo. En la funeraria no había flores ni velas, pero lo que más impactó es que Don Ramón estaba sólo, sin ninguna compañía.
Inmediatamente la gente comenzó a responder al llamado de solidaridad y en poco tiempo el lugar se llenó con muestras de apoyo no solamente moral sino económico, ya que además de tener sólo a su esposa, vivía en una situación crítica.
Pongo en contexto esta historia porque el fin de semana fui testigo de lo maravilloso que puede ser apoyar y respaldar a un desconocido, sin buscar absolutamente nada a cambio, y por el contrario, ser parte de su historia.
El sábado llegue a comer con mi hijo y sobrinos a un restaurante de Saltillo, mientras degustábamos nuestros alimentos, nos percatamos que una chica llegó con globos en la mano y se sentó en la mesa de al lado.
Pasaron unos 20 minutos, se levantó de su asiento y se acercó a nuestra mesa para pedirnos un favor; “Me llamo Michelle hoy cumplo 18 años y quede de festejar con mis amigos pero ahorita todos me cancelaron y quisiera pedirles un favor, ¿podrían cantarme las mañanitas?, no quisiera irme así”, expresó.
Quedé sorprendida con su petición y hasta me parecía una broma, porque otra persona en su lugar se iría deprimida, ya que de los nueve amigos que invitó, ninguno asistió al festejo. La joven fue a otras mesas y la respuesta fue impresionante.
Le cantamos las mañanitas le dedicamos una porra y pedimos un pastel para la joven quien termino con un par de amigas también de su edad.
En la actualidad los índices de depresión y los suicidios no han hecho entender a una parte de la población lo importante de estar ahí para quien nos necesita; sin embargo, esta anécdota nos dejó otra gran lección que vino de Michelle Alejandra Aldape Valles, porque no se devastó.
Esta es la actitud que hay que tomar en la vida, a pesar de la adversidad o de estar en las peores circunstancias hay que sacar lo mejor de cada momento y Michelle nos enseñó justo eso.
También demostró que podemos ser solidarios y apoyarnos sin siquiera conocernos, ese día Michelle conoció gente nueva, bondadosa, solidaria y con grandes sentimientos, y nosotros la conocimos a ella, una joven con gran valor que nos dio una enorme lección.
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