¿Será posible restaurar un corazón después de un infarto?

Cuando las moléculas de micro ARN se inyectaron en las células del tejido cicatricial de ratones vivos, sus corazones mejoraron la capacidad para bombear sangre, relató el presidente de la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos. (Foto: Emiliano Cassani). 

Mediante la reprogramación genética, las células del tejido cicatricial, podrían transformarse en células funcionalmente aptas, capaces de mejorar la función cardiaca: Víctor J. Dzau. 

Después de un infarto al miocardio, conocido popularmente como ataque al corazón, un tipo de células llamadas fibroblastos, son atraídas hacia las áreas dañadas donde se convierten en tejido cicatricial. Debido a que los fibroblastos no se contraen como las células del músculo cardíaco (cardiomiocitos), el corazón no bombea la sangre con la misma eficacia y esto puede provocar insuficiencia cardíaca y otros daños asociados que pueden conducir a la muerte.

En la conferencia: Rebuilding the failing heart: By passing the roadblocks in cell therapy, que se llevó a cabo ayer en la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), el doctor Víctor J. Dzau, presidente de la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explicó que varios grupos de científicos investigan cómo a partir del uso de células troncales (también llamadas células madre o pluripotenciales) se pueden restaurar los corazones con cicatrices. No obstante, comentó que una nueva investigación apunta a un método más simple para convertir el tejido cicatricial en un músculo cardíaco funcional sin el empleo de células troncales.

“Los micro ARN son pequeñas moléculas genéticas compuestas por ácido ribonucleico, que sirven como reguladores maestros que controlan la actividad de múltiples genes. La combinación particular de tres micro ARN´s tiene al parecer la capacidad de convertir a los fibroblastos, en células de músculo cardiaco.

“Cuando las moléculas se inyectaron en las células del tejido cicatricial de ratones vivos, éstos mejoraron la capacidad de su corazón para bombear sangre”, relató el doctor Dzau, quien también es miembro de la Asociación Estadounidense del Corazón.

Además de mostrar los estudios científicos y la eficacia que tiene este tipo de terapia en modelos animales (en este caso en ratones), señaló que la evidencia disponible permite ver que es posible esta regeneración tisular en cultivos celulares (células aisladas del cuerpo mantenidas en el laboratorio), lo cual lo hace un hallazgo significativo con muchas implicaciones terapéuticas.

En una forma completamente nueva de regenerar el tejido, el paso siguiente es aplicar esta terapia en animales más grandes, la cual, si resulta exitosa darán pie para los ensayos en humanos, explicó el doctor Dzau, quien cuenta con ocho títulos de doctorado Honoris Causa.

“En la actualidad, para tratar de prolongar el deterioro del sistema cardiovascular se utilizan una serie de terapias, entre ellas el bloqueo del sistema renina-angiotensina-aldosterona, la cual demuestra su efectividad en hipertensos con y sin enfermedad cardiovascular previa. Además, de la utilización de vasos dilatadores, pero sobre todo al entender que el sistema cardiovascular como un sistema neuroendocrino que se desprograma o daña de manera progresiva.

Por su parte, el doctor Juan Verderjo, miembro de la Academia Nacional de Medicina de México, quien fungió como comentarista de la conferencia del doctor Victor Dzau, dijo que “la utilización de las células troncales aparecía como una nueva solución, pero no ha sido así. Adicionalmente, lo que ya se había demostrado es que el trasplante cardiaco podía actuar desde el punto de vista funcional y prolongar en un momento dado la vida del aparato cardiovascular, sin embargo, esta tecnología si bien es efectiva ha salvado a un número muy escaso de pacientes. Si la reprogramación de los fibroblastos de tejido cicatrizal (a partir del micro ARN) nos permite sustituir lo anterior, podremos tener una expectativa mayor y mejorar la vida en pacientes con afecciones cardiovasculares”.

Aunque esta tecnología no se encuentra al alcance de la mano, se presenta como una nueva luz en la medicina. Los fundamentos del presidente de la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos son fuertes y esperamos se puedan desarrollar en el menor tiempo posible, mencionó el doctor Hermes Ilarraza Lomelí, jefe del servicio de Rehabilitación Cardiaca y Medicina Física del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”.

Por su parte, en la sesión desarrollada en la ANMM –institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico– el doctor Francisco Javier Roldán Gómez, quien se desempeñara como secretario de la Junta Directiva 2014-2016 de la Sociedad Mexicana de Cardiología, expuso que los académicos en México están dispuestos a colaborar para que esta nueva terapia pueda funcionar de manera correcta, no solo en la falla cardiaca sino en el mundo que se abre a partir de la reprogramación genética de las células. (FORO CONSULTIVO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO, AC)

 

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