Este martes el gobernador Miguel Riquelme anunció el inicio de los Foros de Consulta Ciudadana con los que se enriquecerá el Plan Estatal de Desarrollo.
En el evento, Héctor Gil Muller, director de la Universidad Autónoma del Noreste Campus Saltillo, fungió como orador invitado, pronunciando un discurso que, por su claridad, impresionó a los cientos de asistentes al acto.
Por esta razón, en EL HERALDO consideramos pertinente reproducirlo, al considerarlo de interés para nuestros lectores:
Discurso pronunciado en ocasión del «Anuncio de los Foros Regionales de
Consulta Ciudadana para la Integración del Plan Estatal de Desarrollo».
Ingeniero Miguel Angel Riquelme Solis, Gobernador Constitucional del Estado de
Coahuila de Zaragoza, distinguidos miembros del presidio
Señoras y Señores
Agradezco la encomienda de hablar ante ustedes como integrante de la sociedad civil, y por ende a nombre de todos ustedes.
Reconozco la apertura del gobernador al realizar estos foros que permitan construir y validar el instrumento más importante de planeación gubernamental de un régimen. Y contar con un instrumento congruente a la realidad y validado por la ciudadanía que ordene las estrategias que habrán de llevar a cabo las dependencias y entidades de la administración pública estatal durante los próximos seis años.
Un gobierno inteligente y astuto es aquel que logra encaminar su actuar a la Política, las políticas y los problemas.
¿Qué quiere decir esto?, atender la política es reconocer que se es resultado de una decisión ciudadana, que existen opiniones diversas, así como decisiones populares y otras impopulares. Atender las políticas es concluir qué acciones y cómo deben ser realizadas.
Surgen las políticas públicas cuando el gobierno responde afirmativamente a las preguntas:
¿Puedo intervenir?, ¿Quiero intervenir? Y ¿Debo intervenir?, es decir la administración, la voluntad política y la norma pública.
Ahora bien, actuar en atención a los problemas demanda sensibilidad que no solo es el resultado de la escucha integral, es decir la observación de la situación real del Estado, pero también la escucha de quienes lo padecen día a día. Orientar un gobierno a los problemas es atinadamente construir un mejor estado que busque no solo alcanzar metas sino también mejorar la situación en que nos encontramos. Sacar la participación ciudadana de la visión gubernamental es sacar un texto de su contexto y eso solo se convierte en un pretexto. Será estéril cualquier acción en solitario, pues la vocación misma del estado se cumple con la ciudadanía a la cual se debe.
Un gobierno que quiere desarrollar al máximo las potencialidades de sus acciones debe formularse varias preguntas, que me parece son la médula de los foros que hemos de vivir:
¿Hacia dónde vamos?, es decir la visión, ¿por qué lo hacemos? Es decir la motivación, ¿Cómo lo haremos? Nuestras habilidades y fortalezas, ¿Con qué o con quién contaremos?, los recursos disponibles, y ¿cuándo?, es decir el plan de acción.
La falta de visión genera confusión, la falta de motivación causa resistencia, la falta de esas habilidades o fortalezas causa ansiedad, la ausencia de recursos suficientes causa frustración y la carencia de un plan de acción la desorientación.
He visto muchas crisis, por aquello que ve mucho el que camina, por más distraído que sea y sé que la peor de las crisis siempre es ocasionada por el incumplimiento de nuestro menester, por no mantenernos diligentes en el oficio celosamente encargado. Nos toca a nosotros participar, proponer, asumir y enfatizar para prever lo que Coahuila será.
Y es que mis estimados, ya podemos vislumbrar que no debe existir otro futuro aceptable de la democracia que el consenso y para alcanzarlo tenemos la participación. Cualquier otro camino solo causaría una democracia dirigida y no la vocación de construir nosotros mismos el contexto y el escenario deseado.
Hoy nos encontramos frente la apertura de estos foros, que deben ser exitosos, en la medida que la propia ciudadanía participe y se involucre en la vida pública. Platón describió al ciudadano capaz de enaltecer a su sociedad, (sophia, sofrosine, osiotes, dikayusine, andreia) es decir; sabio, fuerte, piadoso, justo y valiente y esas cinco virtudes eran fortalecidas por la participación. Ese era el objetivo de la virtud convertirse en un buen ciudadano. La democracia nunca debe ser silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y los medios para resolverlos ante la ciudadanía. Si parafraseo a Alfred Smith, aquel político americano debo decir que todos los males de la participación ciudadana pueden curarse con más participación ciudadana.
Porque creo, como bien lo dibujó el quijote, que mejorar y cambiar la sociedad que tenemos por aquella que deseamos no es locura o utopía, es justicia.
Muchas gracias. (EL HERALDO)
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