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ATILA

VUELTAS DE LA VIDA

“Lo que no te mata, te fortalece”, reza conocido adagio popular, y eso es precisamente lo que le ocurre al legislador federal con licencia, Jericó Abramo Masso.

Tras una difícil situación política al interior de la entidad, debido a que grupos de poder lo intentaron llevar al ostracismo por casi 8 años, el también ex alcalde saltillense vivió su anhelada revancha durante la reciente visita del candidato presidencial, José Antonio Meade.

El abanderado del PRI a la silla presidencial, además de destinarle elogiosos comentarios por su desempeño como diputado federal, lo invitó a ser su copiloto durante la visita a Saltillo, el viernes pasado.

Ese pequeño gran detalle lo blindó de nuevos ataques en su contra, y lo reafirmó como serio aspirante al Senado de la Republica, junto a la ex dirigente estatal del PRI, Verónica Martínez.

En la camioneta del aspirante presidencial viajó también el aún legislador federal, Francisco Saracho Navarro, responsable en Coahuila de la campaña de José Antonio Meade.

Curiosamente, el diputado federal, Armando Luna, no fue requerido para acompañar al ex secretario de Hacienda, en su traslado a los diferentes eventos realizado en la capital coahuilense.

Jericó, tuvó el temple y la habilidad de mantenerse sereno en tiempos de tempestades y salió ileso política y socialmente.

Lo mismo pasa con otro joven personaje cercano a José Antonio, y es Enrique Martínez Morales, invitado de lujo en su visita a Saltillo, y que lo acompaña desde la Secretaria de Hacienda y de Sedesol.

Enrique fue exiliado de la entidad, por razones políticas, pero con tan buena suerte, que desde la Secretaria de Economía en Nuevo León, se relacionó con el hoy candidato, su entonces jefe.

Meade, al llegar a la Secretaria de Desarrollo Social, lo invitó a participar como delegado estatal de la dependencia en Nuevo León, y ahora Enrique tiene derecho de picaporte.

Enrique nunca fue contestatario a los ataques en su contra, se ubicó a una sana distancia de Coahuila y ahora hasta secretario de gabinete puede llegar a ser, si mantiene los pasos de su padre Enrique Martínez y Martínez.

Jericó y Enrique son ejemplo de cordura, dignidad, y templanza.

En el camino dejaron a políticos de gran experiencia y trayectoria política como Javier Guerrero, Óscar Pimentel, y Frausto Destenave, que se dejaron llevar por la ira y cayeron el juego de sus adversarios, hasta que fueron desaparecidos del mapa político coahuilense.

Bien lo dijo Carlos Salinas de Gortari:

-En política no hay derrotas eternas, ni triunfos permanentes.

Autor

El Heraldo de Saltillo
El Heraldo de Saltillo