SALTO DE LETRA

Un acto de Fe

El 12 de diciembre en México, conforme al santoral católico, se considera el día de la Virgen de Guadalupe, su aparición ante el indio Juan Diego y que concluyó en la construcción de su templo, ha sido un pilar esencial en el entendimiento religioso de nuestro país. La fe, escribió el anónimo autor de la epístola a los Hebreos, es la certeza de lo que nos espera, la convicción de lo que no se ve. Y esa virtud humana, que nos permite acercarnos a lo intangible mantiene en orden la esperanza. En México son miles los peregrinos que, en un acto de fervor, acuden desde diversos lados a presentar sus respetos en la Basílica de Guadalupe, espacio religioso que se encuentra entre los más visitados del mundo.

Yo tuve la oportunidad de conocer la Basílica, y lo hice desde espacios que no son públicos, en el año 2010 tuve la honrosa invitación a participar en el festival de órgano de la Basílica, un precioso órgano francés de 12 mil tubos era el anfitrión. El evento era público y organizado por el entonces CONACULTA, y la atención y viáticos de los concertistas por la Basílica. Dormí en la basílica, en una de las habitaciones ubicadas en el último piso de su torre, para llegar se pasaba por su archivo, biblioteca, sacristía y rectoría. Desde la pequeña ventana del dormitorio pude ver en aquella madrugada del mes de octubre, que miles de peregrinos llegaban en una peregrinación desde Veracruz, para mostrar sus peticiones, gratitudes y afectos a la Virgen, la emoción de pensar que venían a escuchar mi concierto se desvaneció.

El fervor religioso de Mexico ha sido siempre fecundo, nuestra propia independencia tiene un tinte de religiosidad y símbolos. Necesitamos de la fe, porque, aunque somos más hábiles creando infiernos que buscando cielos, nos mueve y da sentido el sabernos con significado. La fe nos da perspectiva y cambia la posición que nos da otra percepción. Como toda la vida, dijo Chaplin, de cerca es una tragedia y de lejos es una comedia, la fe nos permite ver la vida desde otro plano, dar sentido a lo que parece carecer.

Me parece por demás interesante y bastante paradójico que justo el 12 de diciembre también se festeje el día del banquero en México, una festividad más contemporánea, pero de relevancia mas antigua. También se requiere fe para cualquier acto bancario, una institución que, como decía Groucho Marx, solo te presta dinero si le demuestras que no lo necesitas. La banca también necesita fe, para dar sentido a la confianza de aquel que cree, y que cree lo suficiente como para dar un cree-dito. La confianza que el futuro será prometedor es la esperanza que también se fusiona en una religiosidad de la que todos somos parte. Aunque nunca he dado un concierto ahí, sí he estado en el Banco de Mexico, y he percibido el bullicio, diferente al de la Basílica, las flores en un lado son los maletines en otro, acercarse arrodillado en un lado, es el paso rápido con un Starbucks en mano en el otro lado, ambos actúan por fe.

La moneda que usó Jesús, cuando dijo que se diera al César lo que es de él y a Dios lo que es de Dios, parece presente nuevamente entre dos instituciones que celebran justo el mismo día.