
Ciudad de México.- Un juez federal amplió por tres meses más el proceso a Julio César Chávez Junior por el caso en que le imputan presuntos vínculos con “Los Chapitos”, líderes del Cartel de Sinaloa (CDS).
Enrique Hernández, del Centro de Justicia Penal Federal de Hermosillo, Sonora, autorizó ampliar el plazo de la investigación complementaria hasta el próximo 24 de febrero, temporalidad en la que el boxeador continuará en libertad provisional.
Esta extensión del término fue solicitada para que, tanto la Fiscalía General de la República (FGR) como la defensa del imputado, continúen con el acopio de sus datos de prueba que, eventualmente, presentarán en una audiencia intermedia ante el juez.
Chávez Junior fue detenido el pasado 2 de julio en California y deportado el 18 de agosto a México; los estadounidenses lo entregaron en la Garita de Nogales y la FGR lo internó en el Penal de Hermosillo.
El 23 de agosto pasado fue vinculado a proceso por delincuencia organizada con la finalidad de cometer delitos de tráfico de armas, en la modalidad de quien participe en la introducción al territorio nacional, en forma clandestina, y fabrique armamento, municiones, cartuchos y explosivos.
Aunque este delito tiene previsto la prisión preventiva de oficio, el juez le concedió la libertad provisional y ese mismo día abandonó el Penal de Hermosillo. La única medida cautelar que le impuso fue la prohibición de salir del País. Incluso, lo exentó de no acudir a firmar al juzgado.
La defensa ofreció unas escrituras de un inmueble con valor de 7 millones de pesos, como prueba de que contaba con arraigo, documento que el juez Hernández consideró suficiente para considerar que no había riesgo de fuga.
La acusación contra el hijo del ex campeón mundial de boxeo se basa sólo en dos conversaciones telefónicas de presuntos narcotraficantes en las que es mencionado, así como en los antecedentes que entregó Estados Unidos sobre sus registros migratorios y su detención por conducir alcoholizado.
Con base en las llamadas telefónicas, intervenidas legalmente, la FGR asegura que Chávez Junior era un “esbirro” del Cártel de Sinaloa, en particular de Los Chapitos, porque presuntamente golpeaba, como costales de box, colgados, a los miembros de la organización que incurrían en descuidos que pudieran delatarlos. (AGENCIA REFORMA)


