VIVIR ES AHORA

Dar cierre…

A través del paso del tiempo, nuestra vida transcurre como un viaje entre diferentes ciclos. Cada uno de ellos está lleno de diferentes experiencias, que van forjando nuestra historia y dejando huella.

Algunos pueden estar matizados con el aroma de los logros, de la plenitud o de amores radiantes. Otros, con la fragancia amarga de la pérdida, la desesperanza o del vacío. Y, tan iguales y diferentes a la vez, todos nos dejan un gran tesoro, que como cincel va formando nuestra personalidad y nuestras fortalezas: los aprendizajes y los beneficios.

Cuando el aprendizaje fue entendido, el beneficio ya está dado, y el ciclo se concluye. Entonces, toca pasar a la siguiente etapa. Cada etapa representa una oportunidad única de transformación.

Sin embargo, hay momentos en los que nos encontramos aferrados a ciertos ciclos, y no soltamos tanto lo que nos da alegría como lo que nos da miedo. A veces por comodidad, por miedo o por costumbre. Y esta resistencia puede hacer que nos sintamos estancados, en un punto donde la vida parece estática.

¿Qué parte de tu historia te gustaría cerrar y poner en paz?

Cuando dejamos ciclos abiertos no podemos avanzar: generamos una carga emocional negativa mediante la resistencia, y la llevamos a nuestras nuevas experiencias. Y aunque nuestra mirada esté hacia adelante y caminemos con fuerza, esas cargas estarán aportando un peso extra que, poco a poco, nos irá jalando al pasado, para darnos el espacio de regresar y ser concluidos.

¿Cuáles ciclos en tu vida están listos para cerrarse?

La vida, al igual que el agua, está destinada a fluir. Cuando nos cerramos a los cambios, nos volvemos como el agua estancada: sin vida. en cambio, sólo cuando permitimos que el agua fluya, podemos experimentar la frescura de las nuevas bendiciones y oportunidades.

Los ciclos abiertos generan una carga emocional que, aunque invisible, tiene un impacto profundo en nuestro bienestar. Cuando nos aferramos a algo que ya concluyó, impedimos la llegada de nuevas experiencias, relaciones y oportunidades que ya están esperando.

En ocasiones, por dejar la comodidad de lo conocido o por dependencia, nos da miedo concluir. A menudo, preferimos lo conocido, incluso si no nos beneficia. La rutina se convierte en un refugio donde nos sentimos seguros, pero también puede ser una prisión que nos impide explorar nuevas posibilidades.

También el miedo al cambio, a lo desconocido, puede paralizarnos. Nos aferramos a lo que conocemos porque tememos las consecuencias de dejarlo ir. Este miedo distorsiona nuestra percepción, impidiéndonos ver la riqueza de lo que se encuentra del otro lado.

Recuerda que no es lo mismo felicidad que comodidad. Ni seguridad que apego.

Necesitamos realizar un acto de conciencia profundo para lograr entender cuándo un ciclo ya ha cumplido con su propósito. Y, si es así, entonces aceptar que se termina una etapa trascendental de nuestra vida. Porque, si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, puedes llegar a perder la alegría y el sentido de la vida, así como la energía para empezar a crear y construir cosas nuevas.

¿Cuál es ese ciclo que necesitas cerrar hoy? Cierra ciclos para hacer espacio a las nuevas experiencias. Hazlo con gratitud, agradeciendo lo que fue, el bien que te brindó, aceptando con humildad que lo vivido dio lo que tenía que dar, y ¡suelta!

Y, si es necesario, perdona. De esta manera podrás abrirte a lo nuevo que viene.

Recuerda que todo en la vida tiene un propósito: lo que nos pertenece debe venir hacia nosotros y, lo que ya no nos pertenece, debe irse de nuestro lado.

Entonces, lejos de sentirte perdido, vacío, elige sentir el poder de decidir cómo quieres sentirte ante este cierre, déjalo ir. Agradece el bien que te brindó y observa cómo las nuevas bendiciones comienzan a inundar tu camino.

Mientras podamos entender que, cerrar ciclos no sólo significa terminar y soltar, sino quedarnos en paz con lo vivido, cada despedida, cada cierre de ciclo, se transformará en una invitación a recibir lo nuevo, a renovarnos y a descubrir un mundo lleno de posibilidades.

Cuando eres valiente para decir “adiós”, la vida te recompensará con un nuevo “hola”.

¡Es el momento de abrirte a lo nuevo y dejar espacio para lo que está destinado a ser! Si deseas, puedo acompañarte a vivir este proceso en profundo amor a ti mismo, a la vida y a lo nuevo que está por venir.

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