Estudio señala que dominar más de un idioma ayuda a ralentizar el envejecimiento cerebral

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Madrid, España.- El uso habitual de más de un idioma no solo amplía las fronteras culturales, también podría frenar el envejecimiento. Un estudio publicado recientemente en la revista ‘Nature Aging’ revela que el uso de dos o más idiomas en la cotidianidad, se asocia con un menor riesgo de envejecimiento acelerado y con una mejor salud cerebral y física, al tiempo que fortalece la resiliencia cognitiva a lo largo de la vida.

El trabajo recogió datos de 86 mil 149 participantes en 27 naciones europeas, una muestra considerable para este tipo de indagaciones. Los encuestados eran personas saludables de entre 51 y 90 años.

Los especialistas definieron la brecha de edad bioconductual de los sujetos del estudio, es decir, la diferencia entre su edad cronológica y su edad estimada, que considera diversos factores fisiológicos, de estilo de vida y socioeconómicos, desde la salud cardiometabólica hasta el nivel educativo.

Luego de determinar un desfase, se tomó en cuenta el número de idiomas que hablaba cada individuo, sin considerar a qué nivel, estableciendo una relación directa entre ambos parámetros.

De esta manera, se concluyó que las personas monolingües tenían el doble de probabilidades de presentar una gran diferencia de edad bioconductual (signos mayores de envejecimiento) que aquellas que sabían dos o más lenguas, un efecto que se hacía más notable con cada idioma adicional.

“Queríamos abordar una de las lagunas más persistentes en la investigación sobre el envejecimiento: si el multilingüismo realmente puede retrasarlo”, afirmó Agustín Ibáñez, neurocientífico de la Universidad Adolfo Ibáñez de Santiago de Chile y coautor del estudio.

Según los autores, hablar varios idiomas activa tres mecanismos clave: uno biológico (mayor neuroplasticidad), otro cognitivo (mejor control ejecutivo y memoria de trabajo) y uno social (mayor integración y participación comunitaria). “Estas rutas pueden traducirse en beneficios sistémicos, no solo cerebrales”, añade Ibáñez.

Por su parte Christos Pliatsikas, neurocientífico cognitivo de la Universidad de Reading, Reino Unido, explica: “Los efectos del multilingüismo en el envejecimiento siempre han sido controvertidos, pero creo que nunca antes se había realizado un estudio de esta magnitud que los demostrara de forma tan concluyente”, añadiendo que los resultados podrían “suponer un cambio radical en el campo”.

Lucía Amoruso, del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL), destacó que el aprendizaje de idiomas es “una herramienta accesible y económica para promover un envejecimiento saludable”, por lo que propone integrarlo en las políticas públicas de educación y salud para fortalecer la resiliencia cognitiva de la población.

La prevención del envejecimiento acelerado, además de proteger la salud cerebral y las funciones cognitivas, ayuda también a la salud física, pues ralentiza los procesos biológicos de la madurez y fortalece la resiliencia a lo largo de la vida.

Por eso, el equipo aboga por incorporar el aprendizaje de idiomas en las políticas de salud pública y educación para mejorar la resiliencia cognitiva y reducir las cargas sociales del envejecimiento. (El Heraldo de Saltillo)

 

https://www.nature.com/articles/s43587-025-01000-2