Valor simbólico de los ritos del Día de Muertos

Dra. Hada Soria Escalante
El Día de Muertos en México tiene como uno de sus orígenes la zona lacustre de Michoacán, donde se celebra el “Día de las Ánimas”. Desde la cosmovisión de la vida y la muerte en las comunidades purépechas la vida no culmina con la muerte, sino que ésta es una continuación de la misma, en un plano distinto. Pero durante el día de las ánimas, 1 y 2 de noviembre, se mantiene la creencia de que nuestros difuntos retornan y, en la medida en que los vivos sostienen los ritos que acompañan a esas fechas, la presencia de los fallecidos cobra fuerza y significación, y está cargada de emotividad y sentido de reencuentro. El día de las ánimas, por tanto, es un día de celebración del retorno.
Los ritos se componen de múltiples elementos simbólicos, en los del Día de Muertos destacan las ofrendas, ya sea aquellas que se montan en los cementerios o los altares que se colocan en las casas de los familiares; la comida como símbolo de recuerdo y de mantener vivos los gustos del fallecido; las fotografías y los objetos, por su parte, cumplen con la función de establecer cercanía.
Como ha ocurrido con muchas temáticas de interés científico sobre la subjetividad y la condición humana, la psicología y otras disciplinas han aprendido y siguen aprendiendo mucho de las costumbres y cosmovisión de la vida y la muerte del indigenismo. El día de las ánimas es una de esas tradiciones que nos ha permitido conocer la complejidad de la relación con nuestros muertos para la resignificación de la vida.
La psicología ha tomado como enseñanza la importancia de mantener los ritos en la medida en que nos permiten rememorar y celebrar las vidas de nuestros difuntos, y destaca las siguientes funciones simbólicas de gran importancia:
1) El rito de duelo se socializa. Uno de los elementos más importantes de la significatividad del día de muertos es la socialización de la vida del fallecido. Los ritos en estos días no son individuales, como puede observarse en los panteones llenos de gente conversando, y los altares en las casas que mantienen puertas abiertas durante esos días. El recordar al compartir es el elemento que más fuerza le da a la significatividad del día, pues aunque recordar en lo individual es importante, el lazo social maximiza el efecto emotivo.
2) El rito dignifica la memoria del fallecido. El Día de Muertos supone un encuentro único entre vivos y fallecidos, de forma que la labor del vivo es mantener el recuerdo, conservar la memoria del que ya no está. Así, la idea fundamental del día es que los muertos nunca nos abandonan, así como nosotros tampoco a ellos.
3) Se le otorga un nuevo espacio de existencia en una fecha específica. Durante esas fechas, hay un lugar de retorno, como las casas o los panteones, por lo que una localización del recuerdo aumenta la idea del reencuentro.
4) Hay muchas formas de rito. Si bien los purépechas nos muestran la forma más conocida de recordar a nuestros muertos en México, muchos otros ritos son posibles. Así, la importancia del día de muertos se sostiene a lo largo de las generaciones, haciendo de nuestro país, un espacio único de reencuentro y rememoración de las vidas de los que ya no están.
Facultad de Psicología, Unidad Sureste


