Dejar de fumar tras un diagnóstico de cáncer, prolonga la vida incluso en casos avanzados

Washington DC, Estados Unidos.- Dejar de fumar después de haber recibido un diagnóstico de cáncer reduce el riesgo de muerte, incluso en pacientes con enfermedad avanzada. Así lo reveló un estudio observacional realizado por científicos del Centro del Cáncer Alvin Siteman de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos.

La investigación publicada en la revista ‘Journal of the National Comprehensive Cancer Network (JNCCN)’ detalla el seguimiento que los investigadores dieron a más de 13 mil personas con cáncer por más de dos años para determinar si dejaron de fumar en los primeros seis meses tras su consulta y cómo evolucionaron.

Los resultados muestran que quienes abandonaron el tabaco después del diagnóstico vivieron más tiempo que quienes continuaron fumando, independientemente del tipo o estadio del cáncer.

El estudio, liderado por Steven Tohmasi, contó con la colaboración de expertos de la Universidad de Wisconsin.

Hasta ahora, la evidencia sobre el impacto de dejar de fumar en la supervivencia de pacientes con cáncer avanzado era limitada y, en ocasiones, contradictoria.

Los investigadores aportaron datos sólidos obtenidos en la práctica clínica real, fuera de ensayos controlados, abarcaron una amplia variedad de tipos y estadios de cáncer.

De los más de 13 mil pacientes incluidos, el 13 por ciento fumaba en el momento de la consulta inicial, el 37.6 por ciento había fumado en el pasado y el 49.5 por ciento nunca había fumado.

Solo el 22.1 por ciento de quienes fumaban al inicio lograron dejar el tabaco en los seis meses siguientes.

El análisis estadístico, que ajustó por edad, sexo, tipo y estadio de cáncer, mostró que las personas que seguían fumando tenían un 97 por ciento más de riesgo de morir en los dos años siguientes que aquellos que dejaron de fumar tras el diagnóstico.

“La cesación tabáquica tras el diagnóstico se asocia con una mejor supervivencia global en los supervivientes de cáncer, incluidos aquellos con enfermedad avanzada”, escribieron los investigadores.

El beneficio de dejar de fumar se observó en todos los grupos, pero fue especialmente claro en aquellos que tenían cáncer en estadios avanzados.

En este subgrupo, los individuos que continuaron fumando presentaron más del doble de riesgo de muerte en comparación con los que abandonaron el tabaco.

Además, la diferencia en la probabilidad de supervivencia a dos años fue notable: el 85,1 por ciento de los que dejaron de fumar seguía vivo a los dos años, frente al 74,7 por ciento de quienes continuaron fumando.

Los investigadores destacaron que, a pesar de las recomendaciones de las principales sociedades científicas, la ayuda para dejar de fumar sigue subestimándose en la atención oncológica.

“La atención oncológica en el futuro debe considerar dejar de fumar no como una opción adicional, sino como una parte fundamental del plan de tratamiento. De esa manera podemos garantizar la supervivencia del paciente, mejorar su calidad de vida y brindar una atención oncológica verdaderamente integral.” Señaló el autor principal del estudio, el doctor Li-Shiun Chen.

“Nunca es demasiado tarde y nadie está demasiado enfermo para dejar de fumar” concluyó el doctor Chen. (El Heraldo de Saltillo)

 

 

https://jnccn.org/view/journals/jnccn/23/10/article-e257059.xml