Nobel de Literatura estuvo en la Feria del Libro de Guadalajara el año pasado

Foto: Agencia Reforma

Guadalajara, Jalisco.- Un año antes de recibir el Premio Nobel de Literatura 2025, el escritor húngaro László Krasznahorkai (Gyula, 1954) visitó Guadalajara para dar su discurso de aceptación del Premio Formentor de las Letras 2024, que recibió previamente el 27 de septiembre del año pasado en Marruecos.

El 4 de diciembre de 2024, en la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz, durante la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar y en el marco de la Feria Internacional del Libro, el autor de Melancolía de la Resistencia ofreció un discurso titulado “No olvida, pero quiere”, dedicado a su ciudad natal. Frente a un público atento, habló sobre la relación entre las ciudades y la creación literaria.

Resaltó que las ciudades son territorio de escritura. Las calles, escenarios para lo poético. Es ahí donde la creación es posible, gracias a sus atmósferas urbanas llenas de inspiración, consideró el autor.

En su intervención, Basilio Baltasar, presidente del jurado del Premio Formentor, destacó la potencia literaria del autor, argumentos que un año después resonarían en la decisión de la Academia Sueca.

“Se le otorgó por sostener la potencia narrativa que envuelve, revela, oculta y transforma la realidad del mundo; por dilatar la versión novelesca de la enigmática existencia humana; por convocar la vigorosa lectura de una compleja fabulación y construir los fascinantes laberintos de la imaginación literaria.

“En su itinerario narrativo, conciencia y peripecia, ironía y tristeza, la locura y lo sagrado fluyen al compás de una meditada cavilación. Los personajes son siempre densos, imprevisibles y al borde de una delirante redención”, explicó Baltasar en la Biblioteca Octavio Paz.

Krasznahorkai fue reconocido con el Formentor de las Letras junto a un jurado integrado por Dulce María Zúñiga, Berta Vías Mahou, José Enrique Ruiz-Domènec y Andrés Ibáñez, quienes deliberaron en Tánger, Marruecos.

En su discurso, el escritor agradeció no sólo el fallo, sino también la ciudad que lo inspiró.

“Por el comunicado oficial he sabido que el jurado tomó la decisión en Tánger. De modo que desearía tributarle mis respetos también a la ciudad de Tánger, a todos los edificios, calles y callejuelas.

“Doy las gracias, pues, a Tánger por el hecho de que ese lugar maravilloso lograra, con su tan, tan misteriosa irradiación, convencer a los sobrios literatos allí reunidos de que dejarán de lado su sobriedad y me concedieran este fantástico premio», leyó el autor húngaro, en medio de los aplausos de los lectores que se reunieron en torno suyo.

Una vida marcada por las ciudades

Durante su visita a Guadalajara, el ahora Nobel recordó sus primeros años en Gyula, las calles que lo formaron y las lecturas que definieron su vocación.

“Gracias a Franz Kafka, cuya novela El Castillo leí a los 12 años para que me aceptara el círculo de amigos de mi hermano seis años mayor que yo, con lo cual, creo, quedó sellado mi destino”, abundó entonces el también autor de Guerra y Guerra y Relaciones Misericordiosas.

Para Krasznahorkai, las ciudades son más que escenarios: son el pulso que sostiene la escritura. Lo dijo con la serenidad de quien concibe la literatura como un acto de resistencia frente al tiempo y la velocidad del mundo moderno.

“A pesar de todo, el poeta es aquel que está dispuesto a sacrificar su vida por un único verso maravilloso, por una única actriz maravillosa o simplemente por su patria”, completó en húngaro.

El Premio Formentor de las Letras, impulsado por la Fundación Formentor y un grupo de editores europeos, ha distinguido a autores como Enrique Vila-Matas, Carlos Fuentes, Pascal Quignard y Annie Ernaux, también galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2022. (AGENCIA REFORMA)