
Berlín, Alemania.- Las bebidas azucaradas así como las endulzadas artificialmente aumentan el riesgo de enfermedad hepática, aunque las dietéticas pueden ser incluso más dañinas, según muestra un nuevo estudio presentado en la Semana Europea Unida de Gastroenterología 2025 celebrada en la capital alemana.
Ambos tipos están vinculados con un mayor riesgo de esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), una enfermedad que causa acumulación de grasa en el hígado y, con el tiempo, inflamación y síntomas como dolor, fatiga y pérdida de apetito.
La investigación, que analizó a más de 123 mil adultos del Reino Unido durante más de una década, concluye que quienes consumen más de 250 gramos al día de bebidas light presentan un 60 por ciento más de riesgo de padecer EHNA mientras que el riesgo para quienes prefieren las gaseosas azucaradas se eleva en un 50 por ciento.
Durante el seguimiento de 10,3 años, mil 178 participantes desarrollaron EHNA y 108 fallecieron por causas relacionadas con el hígado.
“El mayor contenido de azúcar en las bebidas azucaradas puede causar picos rápidos de glucosa e insulina en sangre, promover el aumento de peso y aumentar los niveles de ácido úrico, todo lo cual contribuye a la acumulación de grasa hepática. Las bebidas endulzadas artificialmente, por otro lado, pueden afectar la salud hepática al alterar el microbioma intestinal, alterar la sensación de saciedad, incitar el deseo de comer dulces e incluso estimular la secreción de insulina», explicó la autora principal del estudio, Lihe Liu, investigadora de posgrado en el Primer Hospital Afiliado de la Universidad de Soochow en China.
“Nuestro estudio demuestra que las bebidas sin azúcar se asociaron con un mayor riesgo de EHNA incluso con un consumo moderado, como una sola lata al día. Estos hallazgos desafían la percepción común de que estas bebidas son inocuas y resaltan la necesidad de reconsiderar su papel en la dieta y la salud hepática”, agregó.
Los datos indican que sustituir cualquiera de estas bebidas por agua reduce el riesgo de EHNA: un 12,8 por ciento menos para quienes dejan las gaseosas azucaradas y un 15.2 por ciento menos para quienes abandonan las versiones light.
En cambio, reemplazar una por la otra no ofrece ningún beneficio en términos de riesgo hepático.
En cambio, el agua representa la opción más segura para cuidar el hígado y mantener una hidratación adecuada, ya que no añade carga metabólica ni favorece la acumulación de grasa en este órgano. (El Heraldo de Saltillo)
https://www.eurekalert.org/news-releases/1100130


