El índice bursátil Nasdaq Composite alcanzó recientemente un máximo histórico. Las acciones tecnológicas y las expectativas de un recorte de los tipos de interés en EE. UU. son las responsables de este aumento.
Los inversores creen que la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) podría reducir pronto los tipos de interés. La tasa de desempleo y los datos más débiles de la actividad económica explican esta expectativa.
El sector tecnológico ha sido un pilar del crecimiento económico mundial durante décadas. Empresas como Apple, Microsoft y Amazon influyen en nuestra vida diaria y ejercen una influencia significativa en los mercados financieros. Una de las fuerzas macroeconómicas que más impacta en este sector es la política monetaria y las decisiones de los bancos centrales de recortar los tipos de interés. A primera vista, la conexión puede parecer indirecta, pero las ramificaciones son profundas y muy beneficiosas para las acciones tecnológicas.
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La principal razón por la que las acciones tecnológicas se benefician de los recortes de los tipos de interés reside en el modelo de negocio del sector. Muchas empresas tecnológicas, especialmente las startups de rápido crecimiento, dependen en gran medida de la financiación para innovar, expandirse y adquirir competidores. Cuando los tipos de interés son altos, el coste de los préstamos aumenta, lo que encarece la captación de capital. Sin embargo, una bajada de los tipos de interés abarata el dinero. Esto reduce el coste de la deuda existente y anima a las empresas a solicitar nuevos préstamos para financiar proyectos de investigación y desarrollo, la expansión de infraestructuras o inversiones estratégicas.
Además, las bajadas de los tipos de interés estimulan el capital riesgo y sus mercados. Con tipos de interés más bajos en las inversiones tradicionales, los fondos e inversores buscan una mayor rentabilidad en activos de mayor riesgo. El sector tecnológico es un objetivo principal para este capital, lo que se traduce en un mayor flujo de dinero hacia las startups y las empresas tecnológicas. Este capital permite a las empresas crecer más rápido, invertir en innovación y, en última instancia, alcanzar una mayor valoración de mercado.
Las valoraciones de las empresas tecnológicas son particularmente sensibles a las variaciones de los tipos de interés. Muchas de estas empresas se valoran en función de su crecimiento futuro y las proyecciones de beneficios a largo plazo.
Un entorno de tipos de interés bajos aumenta el apetito por el riesgo entre los inversores. Con rentabilidades modestas en inversiones de bajo riesgo, como los bonos del Estado, el capital migra a activos más volátiles con mayor potencial de crecimiento. El sector tecnológico, con su constante innovación y potencial disruptivo, es un destino preferente para este capital.
La bajada de los tipos de interés no solo facilita la financiación, sino que también crea un entorno macroeconómico que premia la innovación y la asunción de riesgos. Las políticas de bajos tipos de interés inyectan liquidez a la economía, estimulan la financiación y la innovación en el sector tecnológico y, mediante mecanismos de valoración, impulsan las acciones tecnológicas a niveles más altos.
Se trata de un círculo virtuoso donde la política monetaria y el impulso de la innovación tecnológica se complementan para generar valor en el mercado bursátil.






