
Indiana, Estados Unidos.- Con el afán de reducir el consumo o prescindir del plástico de un solo uso, el uso de botellas de agua reutilizables se ha popularizado como una alternativa algo más sostenible. Sin embargo, la investigación liderada por Carl Behnke y su equipo en la Universidad de Purdue advierte sobre un riesgo que muchos pasan por algo: la acumulación de bacterias en el interior y exterior de las botellas, derivada de hábitos de limpieza insuficientes.
El estudio encontró que una sola botella puede albergar hasta 20.8 millones de Unidades de Formación de Colonias (UFC) de microbios, una cifra alarmante en comparación con otros objetos comúnmente considerados sucios, como el asiento de un inodoro, que tiene en promedio 515 UFC.
Para poner esto en perspectiva, la botella de agua tiene 40 mil veces más bacterias que un asiento de inodoro. Otros objetos, como el contenedor de comida para mascotas (1.4 millones de UFC), el ratón de computadora (4 millones) y el fregadero de la cocina (11 millones), también presentan menos contaminación microbiana.
Para examinar el exterior de las botellas, los científicos aplicaron una prueba rápida de ATP (método rápido para verificar la limpieza y la higiene en superficies y equipos). El veredicto fue contundente: todas las botellas, incluidas las nuevas, se clasificaron como “sucias”. El motivo está en el contacto constante con manos, teléfonos, teclados y superficies diversas, que transmiten microorganismos de manera continua.
El interior tampoco quedó libre de hallazgos preocupantes. Los análisis mostraron la presencia de bacterias comunes en ambientes húmedos, pero también de coliformes, un grupo usado como indicador de contaminación fecal. Según la normativa, no debería detectarse más de un coliforme por cada 100 ml de agua potable. En este estudio, un 25 por ciento de las botellas superó ese límite y algunas alcanzaron cifras mucho más altas.
El propio líder de la investigación, Carl Behnke, lo resumió de forma contundente: “Más del 20 por ciento de nuestras muestras tenían bacterias coliformes, que es materia fecal”.
El crecimiento bacteriano en las botellas reutilizables responde a tres factores principales: humedad, nutrientes y tiempo. El diseño de estos recipientes garantiza la presencia de humedad, mientras que los nutrientes provienen de residuos de bebidas distintas al agua, como refrescos, bebidas deportivas o café con crema, que aportan azúcares, proteínas y grasas. Estos componentes favorecen la formación de biopelículas, estructuras bacterianas adheridas a las superficies internas que resultan difíciles de eliminar con una limpieza superficial.
Cómo evitar la acumulación de bacterias:
- Lavar sus botellas con mayor regularidad, la investigación señala que un enjuague rápido no elimina las películas bacterianas.
- Lavar a conciencia todo el recipiente, especialmente bajo las roscas, sellos y conjuntos de pajillas.
- Desmontar el recipiente para asearlo; lavar sin desmontar completamente la botella permite que las biopelículas sobrevivan en los pliegues.
- Evitar el almacenamiento prolongado de bebidas distintas al agua en estos recipientes y secarlos bien entre usos para limitar la humedad que favorece la proliferación bacteriana.
- Para controlar el crecimiento bacteriano, utilizar agua y jabón, los mismos productos que se emplean para lavar el resto de los platos. «También es importante utilizar cepillos para eliminar mecánicamente los microorganismos»,
- Dejar secar un rato antes de llenarla con agua para un nuevo ciclo de hidratación.
En definitiva, aunque las botellas reutilizables son una buena herramienta contra el plástico de un solo uso, el mensaje del estudio es claro: su sostenibilidad depende también de cómo las cuidamos. (El Heraldo de Saltillo)


