
Londres, Inglaterra.- La hidratación es fundamental para mantener un organismo saludable. Cuando el cuerpo no tiene suficiente agua, aparecen distintos síntomas que van más allá de simplemente sentir sed o tener dolor de cabeza. Incluso una deshidratación leve puede afectar tanto al cuerpo como a la mente de formas inesperadas.
Si bien los síntomas más comunes como cansancio, sed, mareos, orina oscura y boca seca suelen surgir por exposición prolongada al sol o por ejercicio intenso, existen otros que se producen incluso con una ligera deshidratación.
Algunos de los efectos de una hidratación deficiente son:
- Aumento del estrés. Un reciente estudio de la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido) reveló que las personas que beben menos de la cantidad recomendada de 1,5 litros de agua al día muestran niveles elevados de cortisol, la principal hormona del estrés.
- Mal aliento. Como señala el doctor Naveed Asif del London General Practice en Inglaterra, la deshidratación también puede causar mal aliento. Esto se debe a que, al estar deshidratado, disminuye la saliva, responsable de neutralizar las bacterias en la boca, lo que genera un olor desagradable.
- Más antojos por lo dulce.Otro síntoma que puede presentarse por deshidratación es el antojo por alimentos dulces. Debido a que el hígado necesita agua para convertir el glucógeno en glucosa y obtener energía, la falta del líquido vital hace que el cerebro envíe señales para buscar fuentes de energía como el azúcar.
- Peores alergias. De acuerdo con el doctor Asif, dado que los niveles de ciertas sustancias químicas en la sangre aumentan cuando el organismo no tiene suficiente agua, las alergias pueden empeorar.
- Desequilibrio electrolítico y calambres.La doctora Nadira Awal afirma que la deshidratación puede llegar a tener un «efecto sustancial» en el equilibrio electrolítico del cuerpo. Electrolitos como el sodio, el potasio y el cloruro son necesarios para llevar a cabo una variedad de funciones biológicas como la señalización nerviosa y la contracción muscular.
- Envejecimiento prematuro de la piel.Según Awal, «una hidratación adecuada es fundamental para preservar la flexibilidad y salud de la piel». Cuando el organismo se deshidrata con frecuencia, la piel se reseca, pierde elasticidad y se vuelve más susceptible a la irritación y otros daños. Con el tiempo, esta situación puede provocar un envejecimiento prematuro y mayor riesgo de problemas cutáneos.
- Presión arterial baja.«A medida que el cuerpo pierde líquidos, el volumen sanguíneo disminuye, lo que puede conducir a una reducción de la presión arterial», asegura la doctora Awal. Esta disminución puede reducir el suministro de oxígeno a los tejidos del cuerpo y, en situaciones graves, ocasionar un ‘shock’ hipovolémico, una afección en la que el corazón no bombea suficiente sangre y que puede llegar a ser mortal.
- Impacto cognitivo.Asimismo, la especialista indica que el cerebro es “extremadamente sensible” a los cambios en el estado de hidratación, por lo que incluso una deshidratación modesta puede perjudicar la capacidad mental, afectando la concentración, memoria y toma de decisiones. Además, en casos más graves puede causar confusión y desorientación.
- Baja energía. El agua transporta numerosos nutrientes y oxígeno a las células de todo el cuerpo. Cuando los niveles de hidratación son bajos, este proceso se vuelve menos eficiente, lo que resulta en niveles de energía más bajos y un menor rendimiento físico, que pueden perjudicar nuestras rutinas diarias y nuestro desempeño físico.
- Piedras en los riñones. Los riñones son particularmente sensibles a la deshidratación. La insuficiencia de agua puede aumentar el riesgo de desarrollar cálculos renales, puesto que incrementa laconcentración de minerales y residuos en la orina que pueden provocar dolorosas cristalizaciones en el tracto urinario.
El cuerpo pierde agua a través de la orina, el sudor, la respiración y las heces. Si no se reemplaza esta pérdida con suficiente ingesta de líquidos y alimentos que contengan agua, se produce la deshidratación. La necesidad de líquidos aumenta con la actividad física, las altas temperaturas y algunas enfermedades como la fiebre. (El Heraldo de Saltillo)
https://journals.physiology.org/doi/epdf/10.1152/japplphysiol.00408.2025


