Científicos chinos desarrollan una pulsera que convierte el calor corporal en electricidad

Foto creada con IA

Pekín, China.- Científicos chinos han logrado diseñar un innovador material termoeléctrico en forma de una banda elástica capaz de transformar el calor corporal en energía eléctrica, lo que abre una nueva era en la tecnología portátil, médica y del vestido. Este avance permitiría alimentar pequeños dispositivos sin necesidad de baterías externas, aprovechando exclusivamente el calor natural del cuerpo humano.

Se basa en el principio termoeléctrico: la diferencia de temperatura entre el cuerpo y el aire genera energía. El material puede estirarse hasta 850 por ciento de su longitud original y recuperar más del 90 por ciento de su forma, como una goma natural.

  • Pulsera elástica convierte calor corporal en electricidad
  • Sin cables, sin enchufes
  • Tecnología basada en materiales termoeléctricos
  • Avance clave en wearables sostenibles
  • Posible adiós a las baterías convencionales

Lei Ting, científico de la Universidad de Pekín, indicó que su equipo llevaba tiempo diseñando un material que pudiera doblarse, estirarse y adherirse a la piel. Asimismo, explicó que este tipo de «dispositivos térmicos resultan cómodos de usar», además de que pueden transformar de manera eficiente la energía térmica corporal en electricidad «con la menor pérdida de calor» posible.

El principio detrás de esta innovación no es nuevo: se basa en el efecto termoeléctrico, que permite generar corriente eléctrica a partir de una diferencia de temperatura. El equipo aprovechó el contraste entre los aproximadamente 37 grados del cuerpo humano y la temperatura ambiente, que suele oscilar entre 20 y 30 grados Centígrados.

También se le añadieron impurezas al material para alterar sus propiedades físicas, mejorando así su rendimiento. Según los investigadores, esto da lugar a propiedades termoeléctricas, incluso a temperatura ambiente, que rivalizan con las de los materiales inorgánicos convencionales de esta clase.

Posibles aplicaciones:

  • Relojes y pulseras inteligentes que se cargan solos, eliminando cables y cargadores.
  • Prendas médicas activas para hospitales o atención domiciliaria, alimentadas por el calor del paciente.
  • Sensores agrícolas autónomos colocados sobre animales o trabajadores del campo.
  • Tecnología para zonas sin acceso a electricidad, como sistemas de localización o emergencia que funcionan con el calor corporal.

Este descubrimiento no es solo una curiosidad de laboratorio: representa un cambio de paradigma en cómo se entiende la relación entre el cuerpo humano y la energía. Convertir calor en electricidad, de forma constante y sin intervención, podría ser un punto de inflexión en el camino hacia una electrónica más limpia, eficiente y amigable con el planeta. (El Heraldo de Saltillo)

 

https://www.nature.com/articles/s41586-025-09387-z