
Washington DC, Estados Unidos.- Casi seis meses después de un fiasco diplomático que terminó con su expulsión de la Casa Blanca, el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, llegó a su nueva cita con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vestido en un estilo más formal intentando conectar con su contraparte.
Descendiendo de la limusina que lo transportó a la residencia presidencial en esta capital para abordar el futuro de su país luego de tres años de invasión rusa, el ex artista cómico de 47 años convertido en Jefe de Estado logró sacar una sonrisa del mandatario estadounidense del que pende una compleja negociación.
“¡No lo puedo creer! ¡Me encanta!”, dijo Trump al ver descender a Zelensky del vehículo que lo trasladó.
A diferencia de febrero cuando había llegado a la Oficina Oval sin un saco de vestir, Zelensky optó por acudir a la cita de ayer con Trump y los principales líderes de Europa portando el mismo atuendo formal que llevó al funeral de Estado del Papa Francisco en El Vaticano en abril: saco, camisa y pantalones negros.
“Es el mejor que tengo”, dijo Zelensky, cuyo país ha visto alrededor de 100 mil muertes por la invasión rusa.
Fabricado por Viktor Anisimov, un diseñador que permanece activo en Kiev a pesar de las hostilidades, Zelensky en sí mismo transmitió un mensaje político con su atuendo mostrando estar listo para acomodarse a las exigencias de Trump y su séquito que habían odiado su estilo informal en febrero.
Desde el inicio del conflicto, el presidente ucraniano ha intentado comunicar solidaridad con sus Fuerzas Armadas portando un uniforme militar más informal, pero el lunes se aproximaba a discutir ante Trump temas tan serios como la potencial cesión de vastos territorios de su país y necesitaba encontrar una conexión.
“¿Has visto? Yo cambié. Pero tu no. Tú sigues en el mismo traje”, respondió Zelensky en el Salón Oval a Brian Glenn, un periodista conservador quien en febrero lo había regañado públicamente por su atuendo.
Pero Zelensky no fue el único que cambió el tono el lunes, la Administración Trump tenía en febrero poco más de un mes en el poder y creía entonces que la paz en Ucrania podría lograrse en 24 horas; el lunes, ya con 6 meses de experiencia, Trump mismo proyectaba cierta frustración por la ausencia de una fácil solución.
Frente a un presidente ruso como Vladimir Putin que ha evitado acceder a un cese al fuego que Trump ha exigido, la propia Administración estadounidense pareció más compacta también, en parte al concentrar toda la conducción de la política exterior en el Secretario de Estado, Marco Rubio, y el Enviado Steve Witkoff.
Arropado por los líderes europeos pendientes de cualquier desaguisado, Zelensky debió agradecer repetidamente a Trump por acercar posiciones ante Rusia aun cuando Moscú permanece atado en sus posiciones maximalistas y de exigir una salida de las potencias europeas de su esfera de influencia. (AGENCIA REFORMA)


