COMPETENCIA Y COOPERACIÓN

La importancia del costo de oportunidad

Por: Mtro. Alberto Damián Flores Araujo

A lo largo de nuestra formación como economistas nos vamos llenando de conceptos, términos, teorías, axiomas, entre otras palabras “domingueras” dijo un abogado alguna vez, que suelen ser complejas aterrizarlas para la sociedad en general, ¡vaya!, incluso como economistas a veces no recordamos ciertas teorías o conceptos que cuando alguien nos cuestiona sobre un tema en particular nos vemos obligados a revisar nuestros apuntes de la facultad. Y es que, gran parte del comportamiento que vivimos en el día a día desde el punto de vista económico, político y social nos vemos en la necesidad de querer explicarlo con modelos económicos, es decir, explicar como se comporta algo en función de otras cosas que influyen en su desempeño.

Por ejemplo, es bien sabido que el consumo de las familias se encuentra en función del ingreso, mientras más dinero gana una persona o una familia, más va a destinar en su consumo, lo que nos dice que existe una relación positiva entre estas dos variables. En este caso, el economista inglés John Maynard Keynes planteaba que tanto hombres como mujeres están dispuestos a incrementar su consumo a medida que su ingreso aumenta, es decir, por cada unidad (un peso o un dólar) de cambio en el ingreso la tasa de cambio en el consumo será mayor que cero pero menor que uno, esto es la “propensión marginal a consumir”, en otras palabras, si gano más consumo más, así de simple.

Otro ejemplo pasa con el equilibrio de Nash, la teoría económica clásica señala que la competencia entre individuos siempre será lo mejor, pero Nash demostró que esto no siempre es así, por lo que a través de modelaciones matemáticas comprobó que la primera opción no siempre es la mejor, en un contexto de competencia y de información asimétrica en muchos de los casos la segunda opción será la mejor respuesta para los consumidores (jugadores), lo cual se puede ver plasmado en el Dilema del Prisionero, donde ambos jugadores eligen confesar un crimen que si bien no es la mejor opción si viene siendo su “second best”.

Y así podemos seguir enlistando una serie de conceptos económicos y su aplicación en el ámbito cotidiano, sin embargo, resulta importante dedicarle este espacio al costo de oportunidad. Este término puede considerarse como simple pero su aplicación y trasfondo va mucho más allá, ya que es algo que aplicamos en nuestro día a día al momento que tomamos una elección, cuando elegimos algo y renunciamos a otra cosa, de una u otra forma usamos el costo de oportunidad.

En términos económicos, el costo de oportunidad de un bien o un servicio es la alternativa de mayor valor a la que renunciamos de la actividad que elegimos. Esto nos ayuda a poder tomar decisiones más racionales al considerar lo que se sacrifica al elegir algo sobre otra cosa, esto se traduce en la optimización de recursos limitados (dilema económico) tales como el tiempo, el dinero, materiales, o cualquier otro recurso valioso.

De forma más simple, en nuestro día a día, es útil al momento de que tomamos una decisión personal en la forma en que elegimos administrar nuestro tiempo o invertir en nuestro patrimonio. Por ejemplo, los adultos mayores que deciden cobrar una pensión del gobierno en la ventanilla de un banco en particular, hacen largas filas, esperan bajo las condiciones del clima según les toque, entre otros factores a los que se enfrentan, en este sentido el costo de oportunidad puede ser el tiempo que podrían haberse ahorrado dirigiéndose a otro banco y pagar una comisión por retirar ese dinero, ahorrándose tiempo y otros malestares físicos y emocionales derivados de los largos tiempos de espera.

Para finalizar, podemos ver que todos sin excepción de forma consciente o inconsciente utilizamos el costo de oportunidad en nuestra vida diaria, comprenderlo nos puede ayudar a tomar decisiones más certeras y obtener una mayor utilidad tanto en el sentido monetario como en lo no tangible, tomando en cuenta y bajo el supuesto de que la mayoría de nosotros somos seres racionales y que actuamos con base a decisiones informadas y premeditadas.

 

  • El autor es Vicepresidente Región Sureste Colegio de Economistas de Coahuila