Un estudio advierte el impacto del uso de las pantallas sobre las habilidades de aprendizaje en niños

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Texas, Estados Unidos.- El acceso a pantallas y celulares en infantes es un tema que se ha debatido mucho en esta era digital ¿A qué edad se le debe dar su primer celular a un niño? ¿El uso de estos dispositivos móviles influyen de alguna forma negativamente en el aprendizaje de un infante? Las pantallas, ahora, son parte de la vida diaria de muchas familias, pero pasar demasiado tiempo frente a las pantallas en los primeros años podría ralentizar el desarrollo del lenguaje de un niño, sugiere un estudio reciente.

Investigadores en ciencias del comportamiento analizaron el consumo de más de 5 mil niños de 0 a 3 años en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. Según el estudio, los niños que pasan más tiempo frente a pantallas desarrollan un vocabulario más limitado y alcanzan los hitos del desarrollo con mayor lentitud.

El investigador Lucas Gago Galvagno, Doctor en Psicología y Magister en Psicología Cognitiva, explicó en una entrevista radial que el exceso de pantallas ralentiza la adquisición del lenguaje y puede tener consecuencias a largo plazo. Además, el estudio comparó el tiempo de exposición en 19 países de Latinoamérica y concluyó que en todos se excede el máximo recomendado por la Sociedad Internacional de Pediatría (una hora por día).

Sarah Kucker, psicóloga de la Universidad Metodista del Sur, en Dallas recomendó mantener un tiempo de pantalla bajo, especialmente durante los primeros años de vida. Es entonces cuando los niños están formando conexiones significativas entre el cerebro y el lenguaje que se construyen mejor a través de experiencias prácticas.

Los especialistas advierten que el problema de las pantallas no es solo el tiempo de exposición, sino la manera en que se utilizan.

  • Consumo pasivo: Las pantallas requieren poca participación activa, lo que limita la interacción con el entorno.
  • Poca comunicación con los adultos: Tener el televisor encendido de fondo también se considera exposición y reduce el intercambio verbal con los cuidadores.
  • Efectos en la salud mental: Estudios en adolescentes muestran que un mayor uso de pantallas está relacionado con un aumento en los casos de depresión y ansiedad.

Los expertos no sugieren eliminar por completo el uso de pantallas, sino regular su contenido y la forma en que se consumen.

  • Acompañamiento activo: Los padres deben estar presentes e interactuar con los niños mientras ven contenido.
  • Selección de contenido educativo: La Unesco y la OMS recomiendan elegir materiales diseñados para estimular el aprendizaje.
  • Uso con propósito didáctico: Si los adultos explican y construyen historias en torno al contenido, las pantallas pueden ser una herramienta útil.

El estudio concluye que el problema no es solo el uso de pantallas, sino cómo se utilizan. Con un consumo controlado y acompañado, los efectos negativos pueden reducirse e incluso convertirse en oportunidades para el aprendizaje. (EL HERALDO)

 

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