
Ciudad de México.- Las articulaciones son estructuras fundamentales del cuerpo humano que permiten el movimiento y la flexibilidad.
Son los puntos de unión entre dos o más huesos, y su buen funcionamiento es indispensable para realizar actividades cotidianas, desde caminar y correr hasta levantar objetos y escribir. Cada articulación es una obra de ingeniería biológica, compuesta por diversos elementos que trabajan en conjunto para asegurar un movimiento suave y sin dolor.
Anatómicamente, las articulaciones pueden clasificarse en fibrosas (sin movimiento), cartilaginosas (movimiento limitado) y sinoviales (amplio rango de movimiento). Estas últimas, como las de rodilla, cadera u hombro, son las más comunes y complejas, presentando cartílago articular que cubre las superficies óseas, una cápsula articular que las envuelve, ligamentos que estabilizan la articulación y líquido sinovial que lubrica y nutre el cartílago, reduciendo la fricción.
El cuidado de las articulaciones es vital para mantener una buena calidad de vida a lo largo del tiempo y prevenir enfermedades como la osteoartritis, una de las afecciones articulares más comunes y debilitantes según la Organización Mundial de la Salud.
Actividad física
El movimiento es la mejor medicina para las articulaciones. El ejercicio regular, de intensidad moderada, ayuda a fortalecer los músculos que las rodean, proporcionando soporte y estabilidad. Actividades como caminar, nadar, montar en bicicleta o hacer yoga son excelentes opciones. Es crucial evitar el sedentarismo, ya que la inactividad puede llevar a la rigidez y el deterioro del cartílago. Sin embargo, la sobrecarga y el impacto excesivo, especialmente sin una preparación adecuada, pueden ser perjudiciales. Es fundamental realizar un calentamiento previo y un estiramiento posterior.
Peso saludable
El exceso de peso corporal impone una carga adicional significativa sobre las articulaciones que soportan peso, como las de las rodillas, caderas y columna vertebral.
Mantener un índice de masa corporal (IMC) saludable reduce el estrés mecánico y disminuye el riesgo de desarrollar o agravar la osteoartritis.
Nutrición balanceada
Una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras contribuye a la salud general y, por ende, a la salud articular. Algunos nutrientes específicos, como los ácidos grasos omega-3 (presentes en pescados como el salmón), antioxidantes y vitamina D, pueden tener propiedades antiinflamatorias y apoyar la salud del cartílago. Es importante asegurar una ingesta adecuada de calcio para la salud ósea, que indirectamente beneficia a las articulaciones al proporcionar una base sólida.
Prevención de lesiones
Evitar golpes, caídas y movimientos bruscos es esencial. Al practicar deportes o actividades físicas, es importante utilizar la protección adecuada.
En el entorno laboral, las posturas ergonómicas y el uso de herramientas apropiadas pueden prevenir el desgaste articular.
Descanso y recuperación
Permitir que las articulaciones se recuperen después de la actividad física intensa es crucial para prevenir el agotamiento y el daño. Dormir lo suficiente y manejar el estrés también contribuyen a la salud general y a la capacidad del cuerpo para repararse. (AGENCIA REFORMA)


