PUNTO DE CIENCIA

¿Qué estás haciendo? La inteligencia artificial ya lo sabe… y puede ayudarte

 Jessica Beltrán Márquez

Vivimos en un mundo en el que los dispositivos que usamos a diario, como el teléfono celular o los relojes inteligentes, no solo nos acompañan, sino que también recolectan datos sobre nosotros. Por ejemplo, gracias a los sensores de movimiento que llevan integrados, pueden identificar si estamos caminando, corriendo, sentados o durmiendo. Esta información, lejos de ser inútil, se convierte en una herramienta poderosa para mejorar nuestra salud y bienestar.

Si en un día tuvimos poca actividad física, el dispositivo puede sugerirnos movernos más. Si detecta patrones de sueño irregulares, puede ofrecernos consejos para dormir mejor. Todo esto es posible gracias a una rama de la inteligencia artificial conocida como reconocimiento de actividades humanas (RAH).

El RAH se basa en el uso de sensores que capturan nuestros movimientos, posturas, sonidos e incluso imágenes, y que son interpretados por algoritmos inteligentes para saber qué estamos haciendo. Una de las formas más comunes de aplicar esta tecnología es a través de los dispositivos portables (o wearables en inglés), como los relojes o bandas inteligentes, aunque también existen prendas de vestir con sensores integrados. Aunque parezca algo sacado de la ciencia ficción, ya está presente en nuestra vida diaria.

Esta tecnología tiene múltiples aplicaciones que están transformando distintos sectores. En el área de la salud, permite a los médicos monitorear a pacientes en tiempo real: saber si se tomaron su medicamento, si realizaron ejercicio, o si tuvieron comportamientos inusuales que podrían ser señal de alerta. También resulta muy útil para cuidar a personas mayores, ya que puede detectar caídas, olvidos como dejar la estufa encendida, o incluso identificar señales tempranas de enfermedades.

En el hogar, el reconocimiento de actividades permite automatizar acciones cotidianas. Por ejemplo, si te acomodas a ver televisión, las luces pueden atenuarse automáticamente y el ambiente ajustarse a tu preferencia. En el deporte, ayuda a analizar el desempeño de atletas, prevenir lesiones y mejorar su técnica. En el ámbito industrial, se usa para estudiar cómo se realizan ciertas tareas y así optimizar procesos, hacerlos más seguros o eficientes.

A pesar de sus beneficios, el RAH todavía enfrenta retos importantes. No todas las actividades pueden ser reconocidas adecuadamente, y los sistemas aún pueden equivocarse. Resolver esto implica seguir desarrollando mejores algoritmos, entrenarlos con más datos, y realizar pruebas constantes para lograr mejores resultados. El objetivo es crear una tecnología útil y discreta que se integre a nuestra vida sin interrumpirla.

Además, existe una preocupación legítima sobre la privacidad y seguridad de los datos. Como este tipo de sistemas recopila información personal, como nuestros hábitos, rutinas o estado de salud, es fundamental establecer medidas claras para protegerla. Afortunadamente, muchos desarrollos actuales ya incorporan estrategias para garantizar que los datos estén seguros y bajo control de los propios usuarios.

El reconocimiento de actividades humanas representa un avance significativo en el que la tecnología no solo ejecuta tareas, sino que comprende nuestras acciones y contribuye activamente a nuestra salud y bienestar. No obstante, es fundamental que su desarrollo se guíe por principios de responsabilidad social, ética y un enfoque centrado en las personas, asegurando que esta innovación se traduzca en beneficios reales sin comprometer nuestra privacidad ni autonomía.


Centro de Investigación en Matemáticas Aplicadas, Unidad Sureste

 

jessicabeltran@uadec.edu.mx