EL TIRANO

En la antigua Grecia se designó el término tiranía al régimen de poder absoluto, unipersonal y al gobernante tirano, es decir hace referencia a un gobierno cruel, severo y por supuesto, injusto, sin embargo, la palabra tirano se usa en otros ámbitos, como, por ejemplo: hijos tiranos, amigos tiranos, padres tiranos, jefes tiranos, es decir, una persona puede ser tirana en el amor, en la familia, en lo laboral. Esto es fácil de comprobar, le aseguro que en nuestro camino por la vida siempre nos hemos encontrado individuos tiranos. Sócrates era categórico al designar a un tirano como el más miserable de los hombres y no se equivocaba en lo absoluto. Hemos visto que través de la historia han existido políticos tiranos como Adolf Hitler, Mussolini, Mao Zedong, Josef Stalin, por mencionar algunos.

El origen de la palabra tirano viene del latín Tyrannus que significa “rey soberano”. La Real Academia Española designa este término como: una persona que abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier concepto o materia, o que, simplemente, del que impone ese poder y superioridad en grado extraordinario, también señala que es una persona que domina el afecto o arrastra el entendimiento. Desde el punto de vista Psicológico es la exigencia imperativa hacia uno mismo o hacia los demás.

La definición de tirano tiene varias aristas y cambios dependiendo en el contexto que se nombre, sin embargo, coincide en que utiliza la crueldad. En el libro de Platón “La República” dedica uno de los capítulos a la forma de pensar del tirano, concluye que éste es desordenado, no sabe lo que significa ser bueno menos aún feliz, es servil e infeliz. Los tiranos utilizan la estrategia propuesta por Maquiavelo “divide y vencerás”, se contraponen a las personas con cizaña, chismes, intriga entre el grupo, porque es mejor controlar y manipular a un individuo que a un conjunto de ellos.

Las personas tiranas, son insensibles, egoístas, caprichosas y por supuesto violentas. Por ejemplo, una de las características de los hijos tiranos es que su autoestima es elevada producto del excesivo apoyo de los padres, desde pequeños no se encausan los comportamientos inconvenientes de los hijos, como berrinches, caprichos, desobediencias, entre otras conductas negativas, sino al contrario, se les concede todo lo que desean, mediante ataques de ira, y con tal de no tolerar ese comportamiento, se les proporcionan lo solicitado.

Los estudiosos del tema han observado que en el comportamiento de las personas tiranas existe una combinación de personalidades por un lado el narcisista y por otro el antisocial, por lo tanto, se muestran con una gran falta de empatía, tienen sed de poder,  desean tener un excesivo control de las personas y de las situaciones, además de ser mentirosas y por supuesto les importa un bledo, tanto las leyes, como las reglas, se burlan del pensamiento ajeno que no está de acuerdo con ellos, su actitud ante los demás es amenazante, manejan muy bien la manipulación, y por supuesto nunca, nunca piden perdón.

Un antídoto efectivo para combatir un comportamiento tirano es poner límites, manifestando desde la primera conducta agresiva que no estamos dispuestos a tolerar una conducta negativa que vaya en contra de nosotros, evitar el abuso, estar atentos en su discurso para evitar la manipulación que es el arma preferida del tirano, algo interesante de resaltar es que cuando se saben perdidos se convierten en personas encantadoras, y lo más importante no tome esa conducta como algo personal, así se combate la arrogancia, las críticas hirientes, las humillaciones, se debe tener presente que a lo que más  le teme un tirano es al rechazo.

En el ambiente en que nos desenvolvemos cotidianamente, siempre nos vamos a encontrar con personas tiranas, así que lo mejor es identificarlos desde un inicio, para no caer en sus redes, algo de lo que si estoy convencida es que, como padres de familia, podemos evitarlo educando a los hijos de forma adecuada, no premiando conductas indebidas, sino corrigiendo en el momento adecuado, de esta manera estamos contribuyendo a exterminar este tipo de personalidades. Pericles pensaba que “Cuando los tiranos parecen besar ha llegado el momento de echarse a temblar”.

 

 

 

 

 

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Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.