CÁPSULAS SARAPERAS

Juan Landín

En esta ocasión te platico la historia de un gallego que termino siendo no sólo Saltillense, sino hasta una referencia para todo habitante o visitante de esta hermosa ciudad. Me refiero a Juan Landín Gómez de Zavala.

Nacido la villa de Portonovo, en el reino de Galicia, origen de los gallegos al norte de lo que hoy es España, allá por el lejano año de 1720, desde muy pequeño, cuando tenía tan sólo 12 años, dejó su tierra natal para trasladarse a Cádiz, ciudad en la que radicó por 4 años y de la cual zarpó rumbo a la Nueva España, en busca de aventuras y riquezas.

Llegó primero a Veracruz, puerto en el cual estuvo trabajando por poco tiempo; después se trasladó a Nuevo Orleans, llegando a los pocos meses al Real Presidio de Nuestra Señora del Pilar de los Adaes, para finalmente, en 1741, llegar y enamorarse de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, cuando aún no era ciudad ni se llamaba Saltillo, sino era la Villa de Santiago del Saltillo.

La vida familiar del gallego convertido en Saltillense fue una desgracia, quien después de casarse en 1753 con María Josepha Zendeja y Llanas tuvo a su primogénito, el cual falleció muy pequeño. Después, en 1767,  su amada esposa también perdió la vida. Se casó de nuevo, ahora con Catalina Sánchez Quintanilla, procreando 6 hijos de los cuales sólo 3 sobrevivieron.

Fue un magnífico comerciante y un excelente empresario. Estableció su negocio en lo que era el cruce del callejón de los Piropos y la calle de San Juan Bautista, para señas más actuales, precisamente donde están las calles de Allende y Juárez, ahí, exactamente donde está la Suiza. Por cierto, tan prolífico y famoso fue su negocio, que la calle de Juárez en su tramo actual de Hidalgo a Allende fue conocida como la calle de Landín.

Además de empresario participó en el servicio público de la Villa de Santiago del Saltillo, desempeñándose tanto como recaudador, juez, regidor y alcalde. Su posición política fue tan importante en aquel Saltillo que casi logra ser gobernador de Coahuila.

El ya Saltillense Juan Landín logró amasar una enorme fortuna, propietario de grandes terrenos como las haciendas de San Francisco de Asís, Hornandillo y De la Concepción, está última lugar en la cual precisamente construyó una capilla para su uso personal, construcción llamada en sus inicios como la Capilla de la Purísima Concepción. Por supuesto estimada y estimado Saltillense que es la famosísima Capilla de Landín, sí, esa misma que esta por las curvas de Landín.

En otra cápsula sarapera ya les platicaré la leyenda de la capilla de Landín, donde se aparece un fraile sin cabeza, pero por ahora volvamos a la historia del gallego que se convirtió en Saltillense y terminó en la pobreza. Pues ya casi al final de su vida se asoció con otro gallego, Rafael Martínez de Abal, quien, sin haberlo conocido ni leído sobre él, les puedo asegurar que era una muy mala persona, pues logró establecerse en esta hermosa ciudad de Saltillo gracias a la intervención y ayuda de don Juan Landín, paradójicamente para después no solo morderle la mano sino además para robarle toda su riqueza.

Ya grande de edad, después de luchar por reiniciar sus negocios, en medio de pleitos legales contra quien lo había estafado, a la edad de 76 años falleció. Su cortejo fúnebre no pudo realizarse como él lo había solicitado en su testamento, debido a la pobreza en la cual había terminado.

Esta es la vida de un gallego que fue Saltillense, quien fue comerciante, quien se desempeñó como juez, cobró impuestos como recaudador, fue regidor, alcalde, casi gobernador, quien terminó en la pobreza, pero eso sí, su apellido tanto por las curvas como por la capilla son hoy y siempre una referencia geográfica muy Saltillense y eso es algo que vale la pena presumir.

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Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas. *El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.