Otro aspecto referente a la identificación de los laguneros con el Benemérito de las Américas, don Benito Juárez García, es el que se refiere a la custodia que se realizara del archivo general de la nación, el que les fuera encomendado a un grupo de laguneros habitantes de Congregación Hidalgo y de Matamoros de la Laguna, Coahuila, de los laguneros que se encargaron de la custodia del archivo de la nación, se encuentran identificados veintiuno de ellos, identificación a cargo de don Luis Treviño Alzalde, familiar de un gran número de ellos.
En la caravana de la legalidad y de la dignidad se trasladó el “Archivo de la Nación”, pues era propósito de don Benito Juárez García, que los principales documentos nacionales no cayeran en manos de los invasores extranjeros, por tal motivo, los custodiaron en bultos y cajas grandes en número de cincuenta y cinco, lo que hacía la marcha más lenta de la mencionada caravana de la legalidad, siendo custodiado el archivo por aproximadamente cien soldados del ejército nacional, sufriendo la caravana en su totalidad un buen número de contratiempos, haciendo como ya se dijo, la marcha más lenta, al igual que el mantenimiento de las carretas , las que sufrían no pocas descomposturas.
El presidente Juárez estaba convencido de la gran lealtad de los laguneros, por tal motivo, no dudo en escogerlos como custodios del valioso cargamento, dirigiéndose a Jesús González Herrera, quien lo había recibido a su llegada al estado de Coahuila, convirtiéndose este en el jefe de la escolta que lo condujo por Coahuila y Durango y quien recomendó a don Juan de la Cruz Borrego para que cuidara del archivo, trasladando éste previamente al “ arroyo del jabalí” , en cuyo lecho seco se enterró el archivo, sin embargo temerosos de que las lluvias de septiembre corrieran por el arroyo, se tomó la decisión de trasladarlos a la llamada “Cueva del Tabaco” en la llamada sierra de tejas o cerro del tabaco cercano al poblado de Congregación Hidalgo.
Los imperialistas mexicanos Campos y Toribio Regalado Rosales iniciaron la búsqueda de los arcones, pues suponían que éstos contenían oro, sin embargo, por la lealtad de los laguneros en general, no les comunicaron donde estaban ocultos los arcones y baúles, ni que realmente lo que contenían eran los archivos generales de la nación. Los insurgentes laguneros Pablo y Manuel Arriguen, Mariano Ortiz, Gerónimo Salazar y Guadalupe Sarmiento, fueron ultimados por los realistas, después de ser torturados, sacándole las uñas a uno de ellos, por lo que se hicieron célebres las palabras pronunciadas por éste: “pues ya te digo hombre, que ningunos papeles tengo alzados y si los tuviera como dices, no te los entregaría, puedes hacer de mi lo que gustes”.
El archivo de la nación permaneció en la “Cueva del Tabaco” hasta el año de 1867, siendo comisionado el señor Jesús Chavero de hacer entrega del mismo al presidente Juárez en el rancho de la puerta de San Luis Potosí, lugar en el que se encontraba el benemérito. Los custodios laguneros fueron “don Juan de la Cruz Borrego, Darío López Orduña, Mariano Ortiz, Guadalupe Sarmiento, Gerónimo Salazar, Pablo y Manuel Arriguen, Julián Argumedo, Ángel, Vicente, Cecilio y Andrés Ramírez, Diego de los Santos, Epifanio, Ignacio, Telésforo y Gerónimo Reyes, Mateo Guillén , Francisco , Julián y Guillermo Caro. De ellos fueron sacrificados por los federales cinco custodios. Los laguneros cumplieron su compromiso y con la causa de la dignidad aportaron sus esfuerzos y vidas al triunfo de la república.
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