A LA BÁSCULA

No la dejen sola

Desde el periodo de inicio de funciones de la actual legislatura federal, y la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de la República, en este espacio usted y yo comentamos acerca de que a pesar de que Morena tendría la mayoría calificada en ambas, la unidad de la que presumían los cuatroteros, nos parecía que era ficticia, artificial, y por ello considerábamos que al cabo del tiempo se iba a generar una ruptura, una división entre las corrientes de los moderados y de los radicales.

Aunque se de manera silenciosa –aunque parece que ya no tanto- las diferencias se han venido sucediendo una tras otra, pero además como también lo habíamos platicado usted y yo, la suciedad poco a poco empieza a emerger, y tal parece que la presidenta no está dispuesta a tolerarla, y no está dispuesta a cargar con ‘muertitos’ que no le corresponden.

El ala de los radicales le ha venido jugando a las vencidas a Sheinbaum Pardo, y hasta ahorita pareciera que le van ganando, pero en cualquier momento habrá un manotazo en la mesa para poner a cada quien en el lugar que le corresponde.

También hemos platicado que en la política no existen las casualidades, sino que lo que abundan son las causalidades. ¿Usted cree que es casual o simple coincidencia que en ambas cámaras le hayan bateado a la presidencia su iniciativa de ley de implementar el combate contra el nepotismo para que no entrara en vigor el 2027 sino hasta 2030; que justamente los que son considerados como el ala radical morenista le haya dado la espalda el día del evento en el Zócalo capitalino, y le dieran más importancia el hijo de ya saben quién en vez de a la presidenta?

¿Cuántas veces recuerda usted que un presidente mexicano haya tenido que retirar una iniciativa presentada ante el congreso, como recientemente sucedió con la Ley del ISSSTE?

¿De quién es la responsabilidad de no haber cabildeado lo suficiente y necesario el proyecto de reforma de la presidenta; quién o quiénes eran los responsables de haberla asesorado para que todo marchara como ella lo pretendía; y por qué los legisladores morenistas en ambas cámaras la dejaron sola?

Y aunque la presidenta al menos públicamente sigue empecinada en defender a su antecesor y padre político, empieza a dar muestras en los hechos que las cosas van a tener que ir cambiando, porque de no hacerlo, muchas de las broncas heredadas se le pueden convertir en propias y le pueden echar a perder su mandato. El combate a la corrupción –así como lo ha hecho contra el nepotismo y la reelección- debe ser frontal, indistintamente de si son funcionarios de esta o de la pasada administración, como sucede en estos momentos con Birmex, donde se han detectado al menos ‘posibles indicios’ de corrupción en la adjudicación de 175 claves de medicamentos e insumos con un sobreprecio de alrededor de los 13 mil millones de pesos

“No se va a tolerar bajo ninguna circunstancia la corrupción”, aseguró, y anticipó que habrá cambios en la dependencia.

En otro tema que ha mostrado firmeza en su posición –porque sabe que de no hacerlo hará propio el problema- es en relación con los hallazgos en el Rancho Izaguirre en Jalisco, asegurando que el caso Teuchitlán no se convertirá en el ‘Ayotzinapa’ de su administración.

El caso de los estudiantes desaparecidos de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Guerrero, era un problema que estaba en la cancha de las autoridades locales, de Chilpancingo, de Iguala, de Guerrero, pero pésimamente mal manejado por el gobierno federal, se convirtió en la bola de nieve que al cabo terminó con la luna de miel del gobierno de Enrique Peña Nieto, que en sus dos primeros años era ‘vendido’ hasta por la revista Time como el salvador de México, como un presidente vanguardista y transformador al que muchos políticos en Estados Unidos tendrían mucho que aprenderle.

Lo de los 43 metió a Peña Nieto en un tobogán del que jamás pudo salir y que le hizo terminar como el presidente peor calificado en la historia de México, y al que se le sumaron otros casos más que abonaron en su contra, el caso Tlatlaya, la Casa Blanca entre otros.

El mal manejo de Ayotzinapa fue tal que una década después, seguimos en las mismas a pesar de que llegó –y se fue- el presidente ‘más humanista’ de México, y quien en campaña había ofrecido darle una solución definitiva, y lo único nuevo es que metió a la cárcel a Jesús Murillo Karam, el fiscal y autor de la ‘verdad histórica’.

Ni la presidenta ni el fiscal Alejandro Gertz Manero quieren que se repita la historia porque en una de esas podrían también ser alcanzados, y mejor que

se castigue a los verdaderos responsables –por comisión o por omisión-, y no que los alcance a ellos.

Claudia Sheinbaum se tiene que ir con pies de plomo, porque además de la realidad que se le está viniendo encima de todo el tiradero que le dejaron, desde adentro hay fuego amigo, los radicales le vienen jugando a las vencidas y aparentemente hasta ahora le van ganando las partidas. La presidenta se tendrá que apoyar en los moderados, en los institucionales, que están bien convencidos de que la presidenta ahora es Claudia Sheinbaum Pardo, y no su antecesor –de cuyo nombre no quiero acordarme- y que sigue tratando de mover la cuna desde el sureste mexicano.

Hasta por conveniencia, a los moderados no les conviene dejar sola a la presidenta.

laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.