“Ven la tempestad…”
Mi abuela nos contaba historias de la infancia de mi madre y sus hermanos para entretenernos, fue así como supimos de aquélla ocasión en la que mi madre y uno de sus hermanos decidieron cortarse el cabello uno al otro, o la vez que tomaron un laxante confundiéndolo con chocolates, o cuando mi mamá y mi madrina se comieron las moras a “escondidas” pero sin prever que las manchas en su cara, manos y vestidos las delatarían y así, una lista de divertidas travesuras y ocurrencias infantiles que mi abuela consideraba ya parte de su personalidad; –tus tíos y tú mamá están bárbaros- me decía, “ven la tempestad y no se hincan”. A veces pienso que era su forma de invitarnos a hacer travesuras también.
“Ven la tempestad y no se hincan” pudiéramos decir de todas aquellas personas que critican que salir a marchar y realizar iconoclasia “no son las formas” de acabar con la violencia contra las mujeres, o la violencia en general; parece que viven en un mundo aparte, sumergidos en un país diferente. Para muestra, dos casos muy recientes.
Uno, lo acontecido en la preparatoria TecMilenio en Monterrey NL dónde se dio a conocer que un estudiante llamado Rudy, fue atacado sexualmente dentro de un baño de las instalaciones de la institución educativa, por sus compañeros, quiénes inclusive grabaron lo ocurrido y tomaron fotografías de la escena. Al darse a conocer estos hechos, las autoridades escolares respondieron suspendiendo a Rudy y encubriendo a los agresores; este acto causó indignación dentro de la comunidad estudiantil quiénes respondieron exigiendo intervención de la fiscalía, para que se identifique a los responsables y se sancionen las omisiones por parte de los directivos del plantel. La fiscalía de Nuevo León ha informado que ya se tiene identificado al agresor de Rudy, pero los estudiantes y padres de familia aún no están conformes.
Dos, lo ocurrido en el rancho Izaguirre en Teuchitlán Jalisco. Miembros del grupo Guerreros Buscadores de Jalisco, ingresaron este mes al predio en el cual encontraron tres hornos, libretas con nombres, identificaciones, mochilas, ropa, zapatos y restos óseos humanos. Ante los hallazgos acudieron a las autoridades para que se determine la procedencia de esos restos y que familias que llevan años buscando a sus desaparecidos tengan al menos una respuesta a la pregunta ¿dónde están?
Lo más terrible del caso es que este mismo predio ya había sido inspeccionado por las autoridades en septiembre del año pasado pero aseguraron no haber encontrado nada, lo cual, causa la indignación de todas las familias que tienen alguna persona desaparecida porque resulta evidente la omisión y la indiferencia por parte del Estado.
Y para coronar con la cereza del pastel, el cartel Jalisco Nueva Generación, grupo criminal a quién se le atribuyen los hechos acontecidos en el rancho Izaguirre, difundió un video en el que acusa a los grupos de civiles que se organizan para buscar a sus desaparecidos de ocasionar caos y conflictos por algo que pasa, y cito textualmente, “todos los días” refiriéndose al hallazgo de los restos óseos cremados en Teuchitlán.
Estos delincuentes, reconocen y presumen ser parte del Crimen Organizado, comentan que también tienen familia y que entienden el dolor de las madres buscadoras, pero sostienen que “no son las formas”.
Qué casualidad que las autoridades y el crimen organizado estén de acuerdo en que “no son las formas”.
El descaro en estos casos es de verdad indignante. Que las autoridades escolares prefieran ocultar un crimen realizado dentro de sus instalaciones solo para mantener las cuotas necesarias para sostenerse como negocio, lucrando con la educación, la integridad y la vida de sus alumnos es el colmo en una institución que pretende formar seres humanos que luego se van a instalar dentro de la sociedad como personas funcionales. Pero si se permite realizar actos que van en contra de la ley y no enfrentar sus consecuencias ¿Qué clase de educación y formación manejan en ese plantel? ¿Qué diferencia existe entre los estudiantes que agredieron a Rudy y las personas que pertenecen al CO? ¿Qué mensaje están dando?
El mismo mensaje que dan las autoridades mexicanas a quiénes violentan a las mujeres, a los feminicidas y al crimen organizado: que la impunidad es la reina en este país, que no importa qué o quién pueda salir afectado, mientras obedezcas las “formas” y te atengas al narco estado y a las reglas del capitalismo por encima de los seres humanos y sus derechos, estarás protegido.
No sé ustedes pero esta no es la sociedad en la que yo quiero vivir. Yo quiero un país en donde los derechos y la vida sean más importantes que las formas, así que si tengo que salir a marchar a gritar a quemar y a romper todo por defender la tranquilidad y la dignidad humanas, entonces que así sea.
Porque no elegimos las formas que son más convenientes, las formas que más les gustan o las que mejor se acomodan a sus intereses criminales.
Elegimos las formas que nos ayudan a encontrar respuestas que nos ofrecen alivio al dolor y una esperanza de cambio.
No podemos permanecer indolentes y callados cuando importa más, “guardar las formas” y aparentar que todo está bien; que la tranquilidad de los mexicanos.
Ningún derecho humano es negociable, las víctimas y familiares no son monedas de cambio para traficantes de influencias y autoridades corruptas, eso se acabó.
Tenemos que “ver la tempestad” y actuar en consecuencia, no hacer como que aquí no pasa nada, que eso es lo que durante muchos años han hecho las autoridades. Es tiempo de, cómo diría mi abuela, “ver la tempestad e hincarse”, y gritar fuerte y claro que este no es el México que nos merecemos.
Autor
Otros artículos del mismo autor
OPINIÓN19 marzo, 2025COMO DECÍA MI ABUELA
OPINIÓN12 marzo, 2025CÓMO DECÍA MI ABUELA
OPINIÓN5 marzo, 2025COMO DECÍA MI ABUELA
OPINIÓN19 febrero, 2025CÓMO DECÍA MI ABUELA