CÁPSULAS SARAPERAS

El directorio telefónico de 1970

En esta ocasión te platico de un tesoro que me prestaron, un tesoro que llegó a mis manos y del cual vale la pena platicarles. El tesoro me lo prestó mi compadre Raúl, quien no dudó en decirme, acertádamente, que la información bien podría servir no para una sino hasta para tres cápsulas saraperas. Pues bien, este tesoro del que te estoy platicando es un directorio telefónico de nuestra hermosa ciudad de Saltillo que fue utilizado a partir del mes de mayo del no tan lejano año de 1970, año en que seguramente, aunque lo va a negar y corro el riesgo de que editen esta cápsula, mi amigo Paco de la Peña ya había nacido.

Estimado y estimada saltillense, si usted nació después del año 2000, es decir, en este siglo, déjeme decirle y explicarle que antes los teléfonos celulares no eran tan comunes, mucho menos el internet en los teléfonos inteligentes. De hecho, en 1970 hablar de teléfonos celulares hubiera sido un tema para una novela de ciencia ficción. Aaaah, pero eso sí, ya existían los teléfonos fijos, y la empresa Teléfonos de México SA editaba, imprimía y distribuía un directorio, en el cual podrías ver todos los teléfonos de quienes tuvieran línea telefónica en su casa, incluso en este directorio telefónico en la página 33 estaba no sólo el número del teléfono del Ing. Eulalio Gutiérrez Treviño, el cual era 3-56-44, sino hasta su dirección, la cual era boulevard Venustiano Carranza 1964, y si le marcabas muy de temprano, antes de que saliera a dar su caminata mañanera, él mismo contestaba.

Y así, podías encontrar el teléfono de todos los saltillenses. Eso sí, organizados de manera alfabética. Por ejemplo, el teléfono de la casa de mi compadre Raúl era 3-53-93; el de Paco de la Peña era 3-98-15. El presidente municipal de nuestra hermosa ciudad era el profesor Arturo Berrueto, cuyo número de teléfono era 3-79-10. En las páginas de la sección blanca, pues el directorio estaba dividido en dos secciones: la primera estaba impresa en hojas color blanco, en las cuales estaban los números de quienes tenían líneas telefónicas y la sección amarilla, en la cual además de encontrar los números telefónicos de las empresas, negocios, oficinas, fábricas y más, era un espacio para colocar anuncios publicitarios.

Pero volvamos a la historia de la sección blanca en la cual, en todas sus hojas en la parte superior estaba un anuncio del Brandy Arizpe, es decir, de la Coca-Cola, que decía “refresca en grande, pídala al tel 3-80-40. En la parte inferior aparecen, no en todas las páginas, anuncios de negocios locales como la Mueblería El Mundo, o bien en la página 42 hay un anuncio de la famosa lechera, sí, la que estaba ubicada en lo que hoy es el periférico LEA y la antigüa carretera a Arteaga, cuyo teléfono era 3-70-02.

En este mismo directorio telefónico el cual contaba con 168 páginas, también podías encontrar los números telefónicos de Agua Nueva, Carneros y Gómez Farías, comunidades rurales de Saltillo, pero también de General Cepeda y Ramos Arizpe, de las comunidades zacatecanas de Concepción del Oro y el Salvador, además de Casa Blanca, del vecino estado de Nuevo León.

En la página 1 se encuentran todos los teléfonos de emergencia, como el de la policía, bomberos y cruz roja. Además, se anunciaban las tarifas para el servicio telefónico internacional, dependiendo si la llamada era de persona a persona o de teléfono a teléfono y conforme a la hora. Por ejemplo, si usted deseaba hablar directamente con alguien en específico a tal número de Washington, DC a las 12 del medio día, el costo era de 45 pesos con 65 centavos por 3 minutos.

Hoy en día todos podemos saber la hora viendo nuestro teléfono celular, pero en aquellos años podías llamar al 03, donde te contestaba una grabadora, la cual te decía la hora exacta. Y si no querías batallar en buscar algún número telefónico en el directorio, tenías la opción de llamar al 04 donde una operadora te lo facilitaba. Si tu aparato de teléfono o bien tu línea presentaba problemas, tenías que marcar a reparaciones al teléfono 05.

Eran otros tiempos, era un Saltillo más pequeño, una ciudad con menos habitantes, sólo basta imaginar que todos los números telefónicos de aquel año cabían en tan sólo 48 páginas. Pero eso sí, sigue siendo hoy como lo fue ayer y lo será mañana: una hermosa ciudad para vivir, lo que definitivamente vale la pena presumir.

De la sección amarilla les platicaré pronto, porque esa es otra historia.

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas. *El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.