Generan petróleo y gas natural el 80 por ciento de la energía a nivel mundial

En ocasión del 87 aniversario de la Expropiación Petrolera, que se conmemora el 18 de marzo, los universitarios Paulina Gómora Figueroa, Aarón Morales Islas, Felipe Cruz Díaz y Gabriela Jiménez Casas evaluaron los beneficios y perjuicios para el medio ambiente

Ciudad de México.- Aunque en la mayor parte del siglo XX la industria petrolera fue uno de los principales pilares de la economía mexicana, hoy en día representa un porcentaje que no va más allá del 3.7 por ciento del producto interno bruto nacional, comentan en entrevista académicas y académicos universitarios.

En ocasión del 87 aniversario de la Expropiación Petrolera, que se conmemora el 18 de marzo, Paulina Gómora Figueroa, jefa de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, afirma que los hidrocarburos, como el petróleo y el gas natural, son la materia prima más utilizada para abastecer de energía al orbe. En 2024, el 80 por ciento del suministró en el mundo fue mediante el uso de ese tipo de combustibles fósiles.

En los últimos años el gas ha tenido gran proyección, pues es el hidrocarburo que menos contamina al emitir menor cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), contribuyendo en la llamada transición energética en la que se labora en el planeta desde hace años.

Sin embargo, agrega, no será posible, ni siquiera en las próximas tres décadas dejar de emplear hidrocarburos y se prevé que en la matriz energética ocupen del 50 al 65 por ciento.

Desde hace décadas, prosiguió, en México transitamos hacia las energías renovables, “no es que sea una moda, sino un trabajo en el que incluso las compañías de petróleo y gas han invertido en investigación y desarrollo tecnológico”.

A su vez, los economistas Aarón Morales Islas y Felipe Cruz Díaz, académicos de las facultades de Estudios Superiores Aragón y Acatlán, respectivamente, así como Gabriela Jiménez Casas, especialista del Instituto de Ecología, estiman que su aplicación plantea desafíos ambientales, por ejemplo, las graves consecuencias ecológicas de su extracción y de los derrames, en particular el cambio climático provocado por las emisiones de GEI derivados de su combustión.

Felipe Cruz, también coordinador de la Unidad de Investigación Multidisciplinaria Aplicada de la FES Acatlán, menciona que a pesar de que el petróleo sigue siendo factor importante en la economía mexicana, solo aporta, en promedio, 3.7 por ciento al producto interno bruto nacional, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Los ingresos tributarios, por ejemplo, representaron en 2024 prácticamente 96.3 por ciento de los ingresos totales.

Tan solo para este año se estimó el precio del barril aproximadamente en 57.80 dólares, por lo que en el país se trata de salvaguardar y no caer en un déficit de ingresos por este insumo, producto de fluctuaciones en los montos, como los conflictos entre Rusia y Ucrania, y en Medio Oriente.

Para el experto es estratégico mantener el sector energético en manos del Estado y proteger la soberanía de estos bienes porque son propiedad de la nación. El problema son los elevados costos en los que incurre para transformar el petróleo bruto y transportar el gas natural.

La expropiación petrolera, abunda, es un hecho histórico significativo, incluso fue una gesta patriótica haber retirado de manos del capital extranjero lo que tenía que ver con la extracción y la distribución.

Con él coincide Aarón Morales quien señala que ese proceso fue un momento decisivo, porque representó la consumación del proyecto nacionalista de la Constitución de 1917, lo que reforzó la identidad nacional de los mexicanos e impulsó la inversión en el sector energético y financió programas sociales y de infraestructura.

En su opinión, la industria petrolera no se encuentra en proceso de declive, aunque se intenta actualizar la normatividad para que la nación sea la beneficiaria. “Recordemos que con la reforma energética de 2013 la inversión extranjera fue la que mayores privilegios obtuvo en detrimento de la economía nacional”.

En tanto, la bióloga Gabriela Jiménez recuerda que el petróleo es un recurso finito, en algún momento nos lo acabaremos y, al paso que vamos, pronto será. Ello significa que productos derivados de este podrían empezar a faltar, por ejemplo, la gasolina y entonces estaríamos en el momento de cambiar a otro tipo de energético, probablemente todo sería eléctrico; de hecho, ya tenemos los autos de este tipo.

Los impactos ambientales de la quema de combustibles como el petróleo radican, principalmente, en la gran cantidad de dióxido de carbono que se produce durante ese proceso, como ocurre con la fabricación de derivados que contribuyen a la contaminación por dicho gas de efecto invernadero, uno de los causantes del calentamiento global y el cambio climático.

La historia

El 18 de marzo se conmemora el 87 aniversario de la Expropiación Petrolera, decretada en 1934 por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, que consistió en la apropiación legal del hidrocarburo –que explotaban 17 empresas extranjeras, las cuales ejercían el control de la industria–, con el propósito de constituirse en propiedad de los mexicanos.

La razón de ese embargo fue la constante negativa de las petroleras por mejorar las condiciones salariales y laborales de los trabajadores. Entonces se estableció que el Estado tendría el dominio total sobre la producción y comercialización del petróleo, lo que permitió al gobierno federal contar con recursos económicos adicionales a los provenientes de los impuestos, productos, derechos o aprovechamientos.

Fue una coyuntura en la que la mayoría organizada, bajo el liderazgo del presidente Cárdenas del Río, hizo frente exitosamente al acoso de las grandes potencias internacionales en pugna por los recursos naturales de diversos países. (UNAM)


 

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El Heraldo de Saltillo
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