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¿POR QUÉ SE ME DIFICULTA PERDONAR?

En algún punto de nuestras vidas, los seres humanos nos enfrentamos a momentos desafiantes que pueden dejar una huella profunda en nuestro ser. A menudo, esas experiencias inevitables incluyen ofensas, traiciones o la pérdida de beneficios y oportunidades que creíamos asegurados.

¿Qué sucedería si te dijera que existe una magia capaz de transformar esos incidentes dolorosos en catalizadores de crecimiento personal?

El perdón, a veces visto como un acto de debilidad, se revela como una poderosa herramienta de resiliencia. Nos invita a soltar el lastre que llevamos y a reconstruir nuestra existencia desde una nueva perspectiva, llena de sabiduría y poder personal.

Al explorar el verdadero significado del perdón, descubriremos que no solo sanamos nuestras heridas, sino que también abrimos la puerta a nuevas experiencias que pueden llenar el vacío que sentimos y, en última instancia, nos enseñan a vivir de una manera más plena y significativa.

Perdonar tiene el poder de curar tanto nuestra vida interior como nuestra vida externa.

Puede cambiar el modo en que nos vemos a nosotros mismos y a los demás, cambiar la manera en que experimentamos el mundo y eliminar de una vez y para siempre los conflictos internos que arrastramos día a día.

Pero, en muchas ocasiones, sumergirnos en la travesía del perdón presenta muchas resistencias y se nos dificulta otorgar ese regalo de amor a los demás y a nosotros mismos.

¿Por qué se nos dificulta perdonar?

En mi experiencia, creo que se debe a diferentes creencias erróneas o a malos entendidos que, como costumbre, hemos aprendido acerca del perdón.

Y me gustaría compartirte en este día, algunas perspectivas diferentes para que te permitan llenar de paz tu corazón y abrirte con más confianza a poder dejar atrás el pasado que te ancla en el resentimiento y el dolor:

Perdonar no significa olvidar. El olvido de una ofensa o una herida no depende de tu voluntad. Incluso, si sólo nos dedicamos a olvidar sin encontrar el aprendizaje y la sabiduría detrás de la situación, sólamente equivaldría a dejar la puerta abierta para que alguien más, o la misma persona, pudiera nuevamente infringir una nueva herida en nuestro corazón.

Perdonar no significa renunciar a que se haga justicia. En muchas ocasiones no podremos encontrar reparación en manos de quien nos hirió, y si pasamos la vida esperando a que el otro cambie o tome consciencia, podemos desperdiciar el momento presente y nuestro futuro. Muchas veces nos va a tocar a nosotros mismos repararnos, pero eso no significa que se renuncie a la justicia, sobre todo cuando la ofensa fue grave.

Perdonar no significa invalidar lo que sentiste. Tus sentimientos hablan de una necesidad, algo que requieres para seguir avanzando en esta vida. Sólamente cuando conectamos con la necesidad detrás de la emoción podremos proceder a sanar sabiamente y liberar la emoción. En cambio, si la reprimimos, ese vacío se hará más grande en las tinieblas del silencio, hasta que llegue a gritar tan fuerte que nos poseerá y generará reacciones que, tal vez, no sean las adecuadas.

Perdonar no es tolerar que te lastimen ni justificar comportamientos propios o ajenos, inaceptables o abusivos. Parte de la salud mental y emocional implica el alejarnos de entornos, situaciones o personas que nos dañan aplicando los límites sanos.

Perdonar no significa negar lo que sucedió y guardar los sentimientos negativos aparentando que nada sucedió y que todo va bien cuando sientes que no es así. No significa negarse a sí mismo ni dejar de darse el tiempo necesario para sanar.

Perdonar no exige que te comuniques verbal y directamente con la persona que has perdonado y reanudar una relación tóxica o donde sufriste abuso o maltrato, en donde no puedes volver a confiar. No significa volverte a poner en la misma situación vulnerable en donde puedes recibir la misma ofensa.

Perdonar NO ES UNA OBLIGACIÓN. Es el reconocimiento tranquilo de que, bajo nuestro egoísmo, todos somos exactamente iguales.

Perdona no porque el otro se lo merezca, sino porque tú mereces tener paz.

¿Estás listo para transformar tu vida? Es hora de dejar atrás las cargas del pasado y darle la bienvenida a un nuevo capítulo lleno de paz y claridad. A través del coaching de vida, aprenderás a practicar el perdón de una manera sana y asertiva, liberando así el peso de las ofensas y convirtiendo el dolor en poder. Da el primer paso hacia una vida más plena y significativa. Contáctame hoy y transforma tu mañana.

 

coachteylealg@gmail.com

 

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
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