DE FUSILAMIENTOS

Torri nació en Saltillo en un inmueble ubicado en la ahora calle de Victoria. Lo que fue su casa se convirtió en un espantoso estacionamiento.

Con Vasconcelos, Reyes y Henríquez Ureña, formó el famoso Ateneo de la Juventud, esfuerzo intelectual para demoler el positivismo porfirista. Antonio Caso lo llamaba el “cuentagotas” por su reducida y muy cuidada producción editorial. Son cinco textos breves y algunas traducciones. Famoso por su peculiar estilo que disecciona, ironiza y reta. Una de estas joyas es De fusilamientos.

Rafael Sánchez Mazas, falangista y cercano a José Antonio, salvó la vida de manera milagrosa. Una partida de republicanos lo fusilaron cerca de Barcelona, pero la descarga lo dejó ileso. De esta anécdota parte Javier Cercas para Soldados de Salamina, un relato sobre guerra, exilio, rebeldía, coincidencias, falange, comunistas y congruencia. El lector brinca de Cancún a la guerra española y de allí a enfrentamientos olvidados en el África subsahariana. Sánchez no fue el único en sobrevivir a los disparos; también libró la muerte Jesús Pascual, quien publicó Yo fui asesinado por los rojos.

Alguna vez, con ocho o nueve años de edad, presumí a una tía mis conocimientos de historia. Como todos los niños sangrones, me festejaban la gracia. Todo terminó cuando manifesté mi admiración por Villa. La anciana rompió en llanto; después supe que, en los años de la Revolución, su hermano, herido en un combate y tirado en una cama, fue rematado por villistas. Él era producto de la leva.

Reidezel Mendoza, dice una biografía, nació en Chihuahua y “es autor de 16 libros que abordan temas de bandolerismo en el norte de México, Revolución mexicana, villismo y patrimonio cultural”. Tengo en mis manos Crímenes de Pancho Villa, de la editorial Debate. Al terminarlo, recordé a la vieja tía y su dolor. El texto narra la violencia de la guerra y las atrocidades de aquel personaje. Entre los muchos relatos se encuentra la matanza de San Pedro de las Cuevas, donde el militar se ensañó contra la población y asesinó a sangre fría a niños y hombres indefensos.

A su paso por Saltillo, arremetió contra los curas; le molestaban los jesuitas y se dio gusto vejándoles y cobrando rescates. Por cierto, en San Pedro de las Cuevas, Villa cargó a puñetazos sobre el sacerdote Andrés Flores, qué pedía clemencia para la población. Recibió varios tiros y lo remataron al pasar caballos sobre su cuerpo.

La Feria del Libro del Palacio de Minería padeció el boicot del Fondo de Cultura Económica, que tiene como director a un criollito que en la televisión pública propone fusilar mexicanos y se excita pensando que es guerrillero villista.

En la matanza de San Pedro, once de los fusilados se levantaron de entre los muertos. Por el boicot, los libros de Torri no se vendían en Minería.

Autor

El Heraldo de Saltillo
El Heraldo de Saltillo
El periódico con mayor tradición en Saltillo.