Washington.- Rafael Caro Quintero, capo del Cártel de Guadalajara que pasó décadas en prisión en México por el asesinato del agente de la DEA, Enrique «Kiki» Camarena, se declaró este viernes no culpable en un tribunal de Nueva York de cargos de narcotráfico por los que podría ser condenado a pena de muerte.
Considerado por la Casa Blanca como uno de los «jefes de cártel más malvados del mundo», el llamado «Narco de narcos» compareció ante el juez Robert Levy.
Fue procesado en el Tribunal Federal de Distrito en Brooklyn junto con Vicente Carrillo Fuentes, ex líder del Cártel de Juárez.
Saritha Komatireddy, fiscal federal adjunta, dijo durante la lectura de cargos que Caro Quintero y sus asociados habían «sido pioneros en la industria del narcotráfico en México».
«Él era un fugitivo que se escondía en las selvas de Sinaloa, con la esperanza de que lo olvidáramos», señaló Komatireddy.
«Pero la justicia nunca olvida».
Komatireddy indicó que más de 100 agentes antidrogas estaban en la sala del tribunal para «honrar la memoria de uno de los suyos».
Caro Quintero, de 72 años, se declaró inocente de los cargos de dirigir una empresa criminal, de tráfico de drogas y de uso ilegal de armas de fuego en su audiencia inicial.
Por separado, Vicente Carrillo Fuentes, líder de otro cártel, también se declaró inocente. Está acusado de organizar secuestros y asesinatos en México, pero no se le imputa la muerte de Camarena.
Estados Unidos reclama a Rafael Caro Quintero por el homicidio del agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), «Kiki» Camarena», en 1985.
En medio de crecientes presiones de la Administración de Donald Trump para detener el tráfico de fentanilo, México envió ayer a 29 de sus más notorios narcotraficantes a Estados Unidos.
Los enviados enfrentan cargos por terrorismo, crimen organizado, narcotráfico, asesinato, uso ilegal de armas y lavado de dinero.
Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Caro Quintero y otros cuatro de los narcos envíados pueden enfrentar la pena de muerte, pese a que el acuerdo binacional de extradición no lo permite.
El Cártel de Guadalajara de Caro Quintero fue uno de los grupos de drogas más poderosos de América Latina y evolucionó hasta convertirse en el actual Cártel de Sinaloa.
Para la familia de Camarena, las comparecencias marcaron un momento muy esperado.
«Durante 14 mil 631 días nos aferramos a la esperanza, la esperanza de que este momento llegara. La esperanza de que viviríamos para ver que se haga justicia. Y ahora, esa esperanza finalmente se ha convertido en realidad», declaró la familia en un comunicado, agradeciéndole a Trump y a todos los que han trabajado en el caso a lo largo de los años.
A cambio de retrasar los aranceles, Trump había insistido en que México tomara medidas enérgicas contra los cárteles, la inmigración ilegal y la producción de fentanilo.
Pero los miembros del Gabinete de Seguridad de mexicano enmarcaron el traslado de los 29 prisioneros como una decisión de seguridad nacional.
Desde hace tiempo, Washington deseaba obtener la extradición de Caro Quintero.
Fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara y uno de los principales proveedores de heroína, cocaína y marihuana a Estados Unidos a finales de la década de 1970 y en la de 1980.
Caro Quintero participó en la orden para secuestrar, torturar y asesinar a Camarena en 1985 porque culpaba al agente de una redada en una enorme plantación de marihuana un año antes, dijeron las autoridades. El asesinato del agente antidrogas marcó un punto bajo en las relaciones entre Estados Unidos y México, y fue dramatizado en la popular serie de Netflix «Narcos: México».
Caro Quintero había cumplido 28 años de una sentencia de 40 años en México cuando un tribunal de apelaciones anuló su veredicto en 2013.
Después de su liberación, regresó al narcotráfico y desató sangrientas batallas territoriales en el estado fronterizo de Sonora, hasta que fuerzas mexicanas lo arrestaron en 2022.
En 2018, declaró al periódico español El País que: «yo no he vuelto a las drogas, ni voy a volver nunca».
«Eso que están diciendo, ¡miente quien lo diga! ¡Está mintiendo!», manifestó, según el diario.
«¡No estoy trabajando, que quede bien claro! Fui narcotraficante hace 23 años, ya no lo soy y no lo voy a ser tampoco».
EU, que en 2018 añadió a Caro Quintero a la lista de los 10 más buscados del FBI con una recompensa de 20 millones de dólares, solicitó su extradición inmediatamente después de su arresto en 2022. Esto ocurrió días después de que los Presidentes de México y Estados Unidos en ese momento, Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, respectivamente, se reunieran en la Casa Blanca.
Pero la solicitud permaneció en el limbo mientras López Obrador restringía severamente la cooperación de su País con Washington para protestar por las operaciones policiales estadounidenses encubiertas contra funcionarios políticos y militares mexicanos.
Luego, en enero, un grupo sin fines de lucro que representa a la familia Camarena envió una carta al nuevo Gobierno de Trump para pedirle que insistiera en la solicitud de extradición. (AGENCIA REFORMA)
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