A LA BÁSCULA

Con la familia no

Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el 5 de febrero en Querétaro que enviaría al Congreso un par de iniciativas para combatir y erradicar la reelección y el nepotismo, muchos levantaron la ceja, fruncieron el ceño y torcieron la boca, porque consideraron que eso sería para muchos políticos de todos los partidos en el país, un auténtico balazo en el pie.

Las iniciativas de la presidenta planteaban que entraran en vigor el 2027 la del combate al nepotismo, y en 2030 la referente a la vuelta a la no reelección. Esta misma semana en el senado de la república, fueron aprobadas ambas, pero con un ‘pequeño detalle’, a la del nepotismo se le realizó un cambio al proyecto original para que, en vez de 2027, entrara en vigor también hasta 2030.

Alguna argucia de esta naturaleza se esperaba que surgiera, porque cada vez se ha vuelto más común el hecho de que quienes llegan al poder, se lo heredan a esposas, hermanos, hijos, padres, sobrinos, etcétera, y esta nueva ley impediría que el poder se pasara de un familiar a otro, es decir, no podrían participar en puestos de elección popular aquellos que fueran familiares en primera línea, de quien al momento de la elección, ostentara el poder, así solicitara licencia previamente al ‘destape’ de su familiar.

Aparentemente la propuesta para modificar la iniciativa presidencial provino del Partido Verde Ecologista, uno de cuyos miembros es de los casos más icónicos que pretenden heredar en San Luis Potosí, la gubernatura entre esposos: se pretende impulsar a la senadora Ruth González, esposa del actual gobernador, Ricardo Gallardo, para sucederle en el cargo.

En el mismo caso se encuentran los casos de Nuevo León, donde el emecista Samuel ‘Fosfo fosfo’ García, pretendía postular a su esposa Mariana Rodríguez, para sucederle en la gubernatura neoleonesa. En Guerrero, el

senador Félix Salgado Macedonio, pretende suceder en la gubernatura de su estado, a su hija Evelyn Salgado.

Y quizá el caso más llamativo es el del clan de los Monreal, cuyo líder Ricardo, un trapecista de la política que se fue del PRI por el berrinche que no le dieron la candidatura a la gubernatura de su estado, Zacatecas, por lo que brincó al PRD, partido que lo llevó a la gubernatura, aunque después se fue a Morena donde en la anterior legislatura fue senador, y en la actual es diputado federal. Su hermano mayor, David, es el actual gobernador de su entidad; Saúl, el menor de los del clan, fue alcalde de Fresnillo, actualmente es senador, y abiertamente aspirante para suceder a David en la gubernatura.

Ricardo hizo todo lo posible por imponer a su hija Caty en la alcaldía Cuauhtémoc en la CDMX, puesto que él mismo ya había ocupado, aunque a pesar de todas las argucias legaloides que intentaron para imponerla, perdieron en los tribunales, lo que no habían podido ganar en las urnas.

Dueño de un gran cinismo, el zacatecano Ricardo Monreal niega que exista nepotismo en su familia, “porque mis hermanos fueron elegidos por el voto popular”, sostiene.

Aunque la presidenta Sheinbaum sostiene que su posición sigue siendo que su iniciativa debería aprobarse para 2027, ‘celebró’ que vaya a quedar en la Constitución que a partir de 2030 ya no haya reelección y ya no pueda haber familiares que hereden los cargos, pero espera que, para la elección de 2027, si los hay, quienes lo hagan ‘se van a ver muy mal’, y cree que no les va a ir muy bien ‘con un pueblo tan consciente’.

Los partidos políticos, empezando por Morena y sus aliados ‘batearon’ la iniciativa de la presidenta para mantener sus cotos de poder, en una actitud muy distinta a la que mostraron en la pasada administración, cuando todas las iniciativas que eran enviadas desde Palacio Nacional, eran aprobadas sin cambiarle ni moverle ni un punto ni una coma.

Pero la lideresa de Morena, Luis María Alcalde a través de sus redes, respaldó la iniciativa presidencial y dijo que, para la elección de 2027, en Morena no se va a permitir que familiares de quienes actualmente ostentan el poder en

algún cargo de elección popular, puedan participar por este mismo. Este pareciera ser el primer choque al interior de Morena que en más de una ocasión usted y yo comentamos en este mismo espacio y que dijimos que iba a terminar con la unidad artificial construida en el oficialismo: la lucha entre los radicales como Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña entre otros, que atienden las indicaciones del fundador de Morena; y los moderados, que se alinean institucionalmente con la actual mandataria, como la propia Luis María Alcalde y Alfonso Ramírez Cuellar entre otros.

Como si se tratara de una defensa de ataques recibidos por grupos delincuenciales, los políticos de los distintos partidos, pero en especial los radicales de Morena, parecen demandar ‘¡Con la familia no!’ con la finalidad de que alargar lo más que se pueda seguir heredando a sus familiares los puestos de elección popular, con actitudes monárquicas.

Veremos en este juego de vencidas quién logra ganarlo, si la presidenta Sheinbaum, o los radicales morenistas y sus aliados.

laotraplana@gmail.com.mx

@JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.