VIVIR ES AHORA

ENTRENA A TU MENTE PARA VER LO QUE TE CONVIENE VER

A lo largo del camino de la vida, nos encontramos constantemente fluctuando con dos tipos de actitudes: la positiva y la negativa.

Como en la vida lo único constante es el cambio, en la vida siempre habrá cosas que irán de acuerdo con lo que planeábamos y otras que no. En algún momento, alguna de ellas tocará a nuestra puerta.

Cuando mantenemos una actitud positiva, las cosas que podemos calificar como “malas” las podemos convertir en “buenas», y las cosas buenas, en extraordinarias.

En cambio, cuando mantenemos una actitud negativa, muchas veces convertimos a las cosas “buenas” en malas, tratando de encontrar siempre los errores, las carencias o las situaciones de riesgo inexistentes, y a las “malas” en “peores”.

La postura que elegimos adoptar no solo influye en nuestra percepción del mundo, sino que también determina las posibilidades que visualizamos o las limitaciones que nos imponemos. Estas elecciones impactan de manera directa en nuestras decisiones diarias y en la forma en que enfrentamos los desafíos.

Curiosamente, cuando nos vemos atrapados en situaciones que no nos satisfacen, tendemos a llamarlas destino, voluntad divina o a decir que somos víctimas de otros, olvidando que somos nosotros quienes, en última instancia, decidimos cómo interpretar y reaccionar ante cada circunstancia.

Para poder tener una idea de cuál es la posición predominante en la que actuamos, sería conveniente hacer una profunda toma de conciencia, a través de revisar nuestras costumbres. Por ejemplo:

Observa en qué pones más atención: en lo que te daña o en lo que deseas.

Cuáles conversaciones son las que te generan más atracción: las que te brindan información positiva o las que te otorgan información negativa.

Cuáles pláticas son las que te parecen más interesantes: las que hablan de problemas o críticas, o las que te hablan de logros, de soluciones o de crecimiento.

Cuáles canciones o artículos son los que prefieres: las de desamor, problemas y venganzas, o las de mensajes de amor, de actitud positiva y de esperanza.

Se dice, comúnmente, que lo negativo es lo que vende, porque llama más la atención. Y aunque, en ocasiones pudiera ser así, al final será lo que alimentará nuestros pensamientos y nuestra programación, y será lo que, de manera inconsciente, determinará tus reacciones, tus actitudes y tus acciones ante los sucesos de la vida.

Entonces, tal vez si deseamos cambiar nuestro destino, podemos comenzar por cambiar nuestro enfoque y comenzar a entrenar a nuestra mente para que vea lo que nos conviene en nuestra vida.

Nuestra mente funciona como un filtro: diariamente percibe millones de estímulos y sólo selecciona aquellos que van más acordes a nuestros pensamientos dominantes. Entonces, sólo permitirá que la información que va en coherencia a aquella que domina nuestros pensamientos permanezca en ella. La otra, simplemente la eliminará.

Así que, si quieres cambiar tu destino, comienza por enfocarte en lo que realmente deseas ver y en lo que va en coherencia a las cosas positivas que quieres que te sucedan.

Date permiso de ver las cosas de manera diferente a los demás y enfócate en las cosas que te van a ayudar a realizar tus proyectos y tus más grandes ideales. Disminuye las fuentes de información negativa y aumenta aquellas que te permitan confiar en ti mismo, en las personas y en la vida.

Al trabajar en procesos de programación neurolingüística, podrás eliminar la basura mental que te limita a encontrar oportunidades y el bien en cada situación y en cada persona. De este modo, podrás obtener más rápidamente resultados que vayan acordes al futuro que deseas vivir y a experimentar la gracia y las bondades que el presente te muestra a cada momento.

 

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El Heraldo de Saltillo
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