EL TESORO DE ARGUMEDO

 

En las poblaciones que fueron fundadas en las llamadas sierras  de  “San Lorenzo y Texas”, existe una de las tantas leyendas de la comarca lagunera, desde luego la misma no referida  a  aparecidos  ni nada que se asemeje a tal circunstancia, sino que la misma habla  desde el año de 1914 de un tesoro que se afirma  en el año mencionado fue escondido o enterrado en algún lugar de las sierras antes mencionadas. Por ello, a partir  de tal año  gran número de buscadores se  han dado a la tarea de buscar el tesoro que se dice  fue enterrado en tales  sierras.

En el mes de abril del año de 1914 los combates entre las fuerzas  revolucionarias y las tropas federales estaban en pleno apoeo para  adueñarse y dominar en consecuencia la recién designada con la categoría política de ciudad (1907), conocida como Torreón. Los primeros combates se dieron en Conejos, Sacramento, Mapimí, Bermejillo, Tlahualilo, Lerdo y Gómez Palacio. Las fuerzas federales se encontraban  comandadas por el general J. Refugio Velasco, solicitándole el general Francisco Villa comandante de las tropas revolucionarias que rindiera la plaza para evitar mayor derramamiento de sangre, lo que fue ignorado por los federales, entrando Francisco Villa Torreón  el 3 de  abril de  1912.

En virtud de la derrota  que sufrieron las fuerzas federales, su comandante, el general  J. Refugio  Velasco, mandó llamar  al gran combatiente lagunero Benjamín Argumedo para el efecto de comisionarlo a una misión súper secreta. Presente Argumedo ante el comandante federal, este le confirmó la misión secreta de transportar para San Pedro, Coahuila, el dinero que le habían confiscado a los bancos y a personjes millonarios de la ciudad de Torreón, cantidad que sumaba una gran fortuna, pues insistimos, tal dinero lo obtuvieron  de los bancos de la localidad, el cual sumaba una gran cantidad  que alcanzaba millones de  pesos, los que pretendían conservar.

En carretas y recibiendo el dinero en costales, Argumedo  reunió el dinero  que se le daba para custodiarlo, y en una carreta,  la cual era tirada por cuatro caballos, Argumedo se trasladó a Viesca, para de ahi trasladarse a San Pedro. Esto lo hizo transportando su valioso cargamento por las faldas de las llamadas sierras de Texas y San Lorenzo, por un antiguo camino que se comunicaba  de Torreón a  San Pedro. Debido a la constante  presencia de soldados revolucionarios, Argumedo decidió esconder su valioso cargamento  en una gruta en la sierra de Texas, introduciendo la carreta a una gruta, tapando la entrada con tierra, piedras y yerbas.

Los lugareños dicen  que entre los pobladores de Santa Eulalia y Tacubaya, muy cerca de una enorme roca, sin que hasta la fecha después de más de un centenar de años, haya sido descubierto “El Tesoro de Argumedo”.

 

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El Heraldo de Saltillo
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