LA VIOLENCIA

El investigador de la Universidad de Liubliana, Slavoj Žižek, para explicar la violencia y el cómo se manifiesta en la sociedad, define y señala una diferencia entre lo que él llama violencia subjetiva y violencia objetiva.

La violencia subjetiva, señala el analista, es infligida por un agente de acción claramente identificable, como en el caso de la actividad criminal o el terrorismo. Mientras la violencia objetiva carece de un autor claro y comúnmente se soslaya en el contexto de los brotes de violencia subjetiva.

Así tenemos que la violencia objetiva de la pobreza global no puede atribuirse a una entidad en particular e, incluso si se identificara a las élites financieras como culpables, aún podrían ser exoneradas por su subyugación a un sistema de finanzas capitalistas que hace inevitable el surgimiento de una clase financiera de élite.

Al no percibirse un autor claramente identificable en los casos de violencia objetiva se constriñen a un segundo plano. Caso contrario a los hechos derivados de una actividad criminal subjetivamente violenta, los ataques de grupos delictivos, etc. que, por su naturaleza, atraen fácilmente la atención popular.

Como ejemplo, la pobreza es una forma constante y sistemática de violencia objetiva; sin embargo, los incidentes violentos, como los enfrentamientos entre grupos de la delincuencia, atraen más atención de la sociedad, que la crisis de pobreza cotidiana.

El maestro Žižek sustenta que las formas subjetivas de violencia en realidad restan importancia a las formas objetivas de violencia que a menudo son causadas por problemas sistémicos que impregnan el sector financiero global.

De ahí la necesidad que el Estado articule políticas públicas que logren establecer un equilibrio entre las ganancias de capital y la reducción de esa forma de violencia que es la pobreza.

Ello porque la violencia subjetiva, como la actividad criminal, puede ser resultado de un sistema económico objetivamente violento que, a su vez, puede privar de sus derechos a un grupo de personas y hacer que estos excluidos sociales se resistan violentamente a su condición.

Lamentablemente, la atención de los medios a los estallidos de violencia por parte de grupos criminales específicos desvía la atención pública hacia cuestiones más profundas, y los orígenes del conflicto se pierdan en lo superficial.

En el caso de nuestro país, en el marco de la más reciente reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo hizo un llamado al compromiso y coordinación de todos los gobernadores y gobernadoras con el Gabinete de Seguridad.

Ante uno de los mayores retos que enfrenta el país, Sheinbaum planteó que juntos y juntas vamos a salir adelante. “No hay nada que nos vaya a detener; vamos a dar todavía más resultados en seguridad, estoy segura de ello, porque hay una enorme coordinación con todos los gobernadores y gobernadoras, y con el Gabinete de Seguridad.”

Sheinbaum describió que son dos brazos en la Estrategia de Seguridad:

El primero es la atención a las causas, ya que sin justicia no hay seguridad; o dicho de otra manera: la paz y la seguridad son fruto de la justicia. La tarea es evitar que cualquier joven se acerque a un grupo delictivo, y eso solo se puede dar con justicia social y atendiendo las causas profundas de la desigualdad de nuestro país.

Es decir, la actual estrategia, en uno de sus brazos, pretende mediante la acción del gobierno enfocarse en la lucha contra una de las consideradas, por Žižek, como violencia objetiva: la pobreza, que es una forma constante y sistemática de violencia.

El desarrollo de las fuerzas productivas trae consigo un desajuste en el proceso de explotación de los capitales individuales, es en este momento cuando se debe dar la intervención del Estado a través del establecimiento de procesos administrativos de regulación y de planificación con la finalidad de actualizar la estructura material del aparato de producción.

Tomemos en cuenta que, al influir el Estado en la redistribución del ingreso a través de diversos mecanismos como salarios, tasas impositivas, programas de bienestar social, etcétera, aminora en algo los efectos adversos de una economía de mercado voraz, tales como la pobreza, que es una de las principales formas de violencia.

 

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

josevega@nuestrarevista.com.mx

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José Vega Bautista
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