En dos recientes reformas (la judicial y la de prisión preventiva oficiosa), el Congreso mexicano ha enfatizado la obligatoriedad de la interpretación literal. Esto busca que las leyes se apliquen exactamente como están escritas, sin agregar, quitar ni modificar nada. A simple vista, parece algo lógico, pero ¿qué impacto tiene esto en la vida de las personas?
El Congreso ha especificado que los jueces deben interpretar las reformas aprobadas “de forma literal”. La reforma judicial prescribe lo siguiente: “Para la interpretación y aplicación de este Decreto, los órganos del Estado y toda autoridad jurisdiccional deberán atenerse a su literalidad y no habrá lugar a interpretaciones análogas o extensivas que pretendan inaplicar, suspender, modificar o hacer nugatorios sus términos o su vigencia, ya sea de manera total o parcial” por su parte la reforma a la prisión preventiva oficiosa establece lo siguiente: “Para la interpretación y aplicación de las normas previstas en este párrafo, los órganos del Estado deberán atenerse a su literalidad, quedando prohibida cualquier interpretación análoga o extensiva que pretenda inaplicar, suspender, modificar o hacer nugatorios sus términos o su vigencia, ya sea de manera total o parcial”.
Pero aquí está el dilema: ¿es realmente posible interpretar una ley de manera “100% literal”?
Veamos un caso real ocurrido en Jalisco. Un chofer de autobús público, pero que en ese momento manejaba su auto particular, atropelló a una persona. El artículo 48 del Código Penal de Jalisco decía:
“Los delitos culposos se sancionarán con prisión de tres días a ocho años y suspensión hasta de dos años para ejercer profesión u oficio; en su caso, inhabilitación hasta por tres años, para manejar vehículos, motores, maquinaria o elementos relacionados con el trabajo, cuando el delito se haya cometido al usar alguno de esos instrumentos”.
El juez de primera instancia entendió que este artículo permitía imponerle la sanción de inhabilitación, aunque manejaba su auto particular, porque consideró que “manejar vehículos” era suficiente para aplicarlo. Sin embargo, la Suprema Corte (en la tesis 2004444) interpretó que no era así. Según la Corte, la inhabilitación solo aplicaría si el accidente hubiera ocurrido mientras manejaba el autobús público en el ejercicio de su trabajo.
Esto abre un debate: ¿cómo se debe leer la ley? Incluso dentro de una interpretación literal hay diferencias. Por ejemplo, en el caso específico, para algunos, lo que define el significado está en la palabra «o», mientras que, para otros, está en la coma. Decidir si es la «o» o la coma la que tiene peso ya implica interpretar. Es como la famosa imagen de la anciana y la joven: unos ven a una y otros ven a la otra.
El lenguaje es complejo, y la idea de interpretar las leyes solo de manera literal es, en muchos casos, inalcanzable. Como explica el profesor italiano Pierluigi Chiassoni, incluso la interpretación literal puede variar dependiendo del contexto y el tiempo. Por ejemplo, Chiassoni identifica estos tipos de interpretación literal:
- Interpretación literal ordinaria: basada en el significado común de las palabras.
o Originalista: lo que significaban las palabras cuando la ley fue escrita.
o Evolutiva: lo que significan las palabras en el momento actual.
- Interpretación literal especializada: apoyada en términos técnicos o legales.
o Originalista: lo que los términos especializados significaban al redactar la ley.
o Evolutiva: cómo se entienden esos términos en el presente.
En la práctica, esto significa que incluso cuando se intenta aplicar una ley “literalmente”, siempre habrá espacio para debates sobre lo que las palabras realmente significan.
¿Por qué este tema te afecta directamente?
El principio de interpretación literal sin duda persigue una finalidad justificada. Sin embargo, trae sus propios riesgos. ¿Qué pasa si una interpretación estricta ignora circunstancias especiales? Una interpretación rígida podría justificar injusticias, pero una demasiado flexible podría abrir la puerta a arbitrariedades.
Por ejemplo, una interpretación literal podría beneficiar o perjudicar cómo se aplican medidas de protección para víctimas de violencia, la definición de lo que constituye un delito o incluso la manera en que se reconocen derechos en temas como salud, vivienda o educación.
El reto para legisladores y jueces es encontrar un equilibrio. Para ti, como ciudadano, es fundamental entender cómo se toman estas decisiones, estar informado y exigir que las leyes se apliquen con justicia, no solo con rigor técnico.
¿Qué podemos esperar en el futuro?
En los próximos meses, los tribunales tendrán que enfrentar este desafío y resolver casos que pondrán a prueba la interpretación literal. Es importante que estemos atentos a cómo se desarrollan estos precedentes, porque no solo definirán cómo se aplican las leyes hoy, sino también el rumbo de la justicia en México.
Las leyes son importantes, pero su correcta interpretación es lo que realmente garantiza que sirvan para protegernos a todos. Mantente informado, porque lo que parece una discusión técnica puede tener un impacto directo en tu vida diaria.