INFONAVIT

¿Por qué el gobierno se quiere quedar con 2.4 billones de pesos de los trabajadores? Las explicaciones escuchadas en los medios no son suficientes para entender la lógica de la reforma que votó el senado y que espera en diputados para su discusión y eventual aprobación.

Antes de avanzar, hay que dejar claro que Morena tiene los votos para sacar adelante los cambios legales. No dude que el partido oficial cumplirá a rajatabla con las instrucciones de modificar la ley que regula al Infonavit.

Un poco de historia: la Constitución de 1917 incluyó la obligación de los patrones de dar casa a sus trabajadores. La medida se enfrentó con la realidad; la mayor parte de los empleadores eran dueños de pequeños negocios y por lo tanto no estaban en posibilidad de cumplir. El Infonavit, fundado en tiempos de Echeverría, solucionó el problema: es un fondo; los patrones aportan el equivalente al 5% del sueldo del trabajador y, bajo diversos requisitos, de allí se entregan las viviendas.

La construcción y dotación de casas enfrenta problemas, entre otros: especulación de la tierra; falta de planes de desarrollo actualizados; incapacidad para ofrecer agua o electricidad; corrupción o lentitud de los diversos órdenes de gobierno para expedir los permisos que requiere un desarrollo habitacional; o los costos que se generan por las escrituraciones.

La presidenta, con motivo del inicio de su mandato, anunció la construcción de un millón de casas. Eso, que para algunos significó una gran noticia, para otros levantó recelo. La razón, el gobierno no tiene dinero.

Sin decir agua va, y argumentando corrupción en el instituto, llegó al senado una iniciativa que se resume en lo siguiente: 1.- El gobierno toma el control de los fondos del Infonavit, 2.- La administración tripartita e igualitaria del instituto deja de serlo. El director, que será designado por la presidenta, asume más funciones y se disminuye el peso de la representación de patrones y trabajadores; 3.- El gobierno se convertirá en constructor y elimina la participación de empresas privadas, y 4. – Se reduce la transparencia y los controles, entre ellos el de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Como se aprecia, la reforma no tiene relación con los problemas que enfrenta el sector, tampoco servirá para solucionar los casos de corrupción que hizo públicos el gobierno.

Ya empezamos a escuchar la lista de falacias que, para justificar los disparates, usa Morena. Así han respaldado errores y atropellos que traen al país dando tumbos. Uno de ellos la famosa y controvertida reforma al poder judicial.

El tema es que el dinero tiene dueño: los trabajadores, y Morena esta viendo como lo expropia.  En todo caso corresponde a los propietarios decidir qué se hace con sus recursos. Se requiere un proceso de difusión y una consulta honesta. Los sindicatos tienen ante sí el reto del siglo, pues ellos serán los responsables de lo que suceda a corto y largo plazo.

Autor

El Heraldo de Saltillo
El Heraldo de Saltillo