Londres, Inglaterra.- El Ártico, uno de los paisajes más icónicos y cruciales del planeta, está perdiendo rápidamente su cobertura de hielo debido al cambio climático. Un reciente estudio publicado en la revista ‘Nature Communications’ revela que podríamos enfrentarnos al primer día sin hielo en el Océano Ártico antes del 2030.
Este evento, cargado de implicaciones simbólicas y prácticas, es un claro recordatorio de cómo las emisiones humanas están transformando nuestro mundo.
Las climatólogas Alexandra Jahn, de la Universidad Estadounidense de Colorado, en Boulder y Céline Heuzé, de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia; han estado llevando a cabo investigaciones sobre el cambio climatológico en el Ártico. Para llegar a la conclusión de que el Ártico podría quedar libre de hielo en 2027, los investigadores han utilizado aproximadamente 300 simulaciones.
Asimismo, se comprobó que la mayoría de los modelos preveían que el primer día sin hielo total en el Ártico podría producirse entre nueve y veinte años después de 2023. Esta conclusión funciona independientemente de cómo evolucionen las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos años a nivel mundial.
Sin embargo, los científicos aclaran que en realidad el Ártico no se va a quedar sin hielo por completo, pero los científicos usan la expresión ‘ice-free’ para referirse al momento (que sería histórico) en el que la extensión helada del Ártico baje del millón de km².
La investigadora de la Universidad de Colorado en Boulder y coautora de este nuevo trabajo publicado en ‘Nature Communications’, Alexandra Jahn lo explica: “Este umbral se viene usando desde hace más de una década en estudios científicos, ya que, si bien el área de hielo marino de un millón de km² no es pequeña en términos absolutos, se encuentra al norte de Groenlandia y el archipiélago ártico canadiense, lo que deja el 93 por ciento del océano Ártico libre de hielo marino”. Habrá hielo, pero ya no será un océano helado.
La primera jornada sin hielo en el Ártico, explican los investigadores, no será un cambio permanente, sino un evento breve que podría durar entre 11 y 53 días, según los modelos. Pero su importancia trasciende lo simbólico. El hielo marino actúa como un “espejo natural”, reflejando la luz solar de vuelta al espacio. Sin esta cobertura, las aguas oscuras del océano absorberán más calor, acelerando el calentamiento global.
Además, la pérdida de hielo marino tiene un efecto dominó sobre los patrones climáticos globales. Un Ártico más cálido puede alterar las corrientes de viento y los sistemas meteorológicos, intensificando fenómenos extremos como olas de calor, tormentas y lluvias torrenciales en latitudes más bajas. También impactará a la biodiversidad: especies como el oso polar, que dependen del hielo para cazar y reproducirse, se enfrentarán a la extinción.
En septiembre de 2023, el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Colorado informó de que el día con menor cantidad de agua marina congelada en el Ártico fue uno de los más bajos registrados desde 1978.
A medida que el clima se calienta por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el hielo marino del Ártico ha desaparecido a una velocidad sin precedentes de más del 12 por ciento cada década.
Aunque un Ártico sin hielo en verano parece inevitable, los científicos enfatizan que nuestras acciones todavía importan. Reducciones significativas en las emisiones de carbono podrían posponer estos eventos y mitigar sus impactos en los ecosistemas y el clima global. “Cualquier reducción en las emisiones ayudaría a preservar el hielo marino”, afirmó Alexandra Jahn. Esto no solo es crucial para el Ártico, sino también para estabilizar los sistemas climáticos que afectan a comunidades de todo el mundo.
Aunque el estudio predice que los primeros días sin hielo podrían ocurrir en esta década, el momento exacto dependerá de la variabilidad climática y de nuestras acciones como sociedad global. Este evento, cargado de implicaciones ecológicas y sociales, simboliza el alcance del impacto humano en el planeta. Sin embargo, también nos ofrece una última oportunidad para reflexionar y actuar.
Como lo expresó Jahn, el primer día sin hielo en el Ártico no cambiará las cosas de forma dramática de inmediato, pero mostrará que hemos alterado fundamentalmente una de las características definitorias del entorno natural del Océano Ártico. (EL HERALDO)
https://www.nature.com/articles/s41467-024-54508-3
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