Ciudad de México.-Entre lágrimas y recuerdos que afloraron, Silvia Pinal fue objeto de un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes a su altura, con todo el protagonismo femenino y donde familiares, amistades y seguidores le dieron el último adiós antes de partir a la funeraria, para incinerarla en privado.
Figuras como Luis Miguel y Alicia Villarreal le enviaron coronas de flores, la de «El Sol», con flores blancas y un cintillo azul marino con su nombre en dorado.
Los restos mortales de la actriz, fallecida el jueves a los 93 años, salieron a las 10:10 horas de la Funeraria García López, en el sur de CDMX, a bordo de una carroza Cadillac de 1930 fabricada por la casa Sayers & Scovill, la misma que en su día trasladó los cuerpos de José José (2019), Xavier López «Chabelo» (2023) e Ignacio López Tarso (2023).
Mientras tanto, elementos de seguridad custodiaron las vallas del perímetro de Bellas Artes, donde los admiradores debieron formarse para tener acceso.
La carroza arribó al palacio a las 11:00, a la vez que los Solistas Ensamble de Bellas Artes interpretaron «Libera Me» e «In Paradisum», para recibirla con porras a las 11:12.
La primera guardia de honor corrió a cargo de sus hijas, Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán, así como de Claudia Curiel de Icaza, Secretaria de Cultura, y Alejandra de la Paz, directora general del INBAL; no tomó parte Luis Enrique Guzmán, hijo de la artista.
El recinto lució un par de arreglos con las flores predilectas de Pinal: alcatraces y girasoles, y sus retratos en caballetes. Algunos presentes llevaron rehiletes blancos y plateados, que también le gustaban.
Con voz entrecortada, sus hijas pronunciaron unas palabras.
«Agradezco todas las muestras de cariño, sus palabras en este momento, que son un bálsamo. Dolor, porque duele mucho, hablo del dolor que parte mi corazón al perder el más grande amor, a mi niña, mi madre amada, mi hermosa, tierna, simpática, ocurrente y bella madre», dijo Pasquel.
«Es algo que ella nos regaló a la familia. Siempre me enseñó, y a todos, que este matriarcado tenía magia, arte y cosas que llevaremos todas. Esa es la mejor herencia que puedo tener», añadió Guzmán.
Sus bisnietas Michelle Salas y Camila Valero, hijas de Stephanie Salas, también se refirieron a quien las marcó.
«Una mujer que fue un pilar en nuestras vidas, un faro de luz. Mi bisabuela, la Pinal, fue más que una madre y una guerrera que luchó por su familia. Hoy, mientras me despido de ella, quiero quedarme con el mejor regalo que me dejó: su amor incondicional, un amor que me dio fuerza, me inspiró a ser valiente», comentó Salas.
«Siempre consideré una gran fortuna tener cuatro generaciones, y cuatro generaciones de artistas. Nunca me voy a olvidar de ese último ‘te quiero’ que nos dijimos», sentenció Valero.
Stephanie Salas, la primera nieta de Pinal, recordó cuando la gente siempre solía pedirle autógrafos a la actriz.
«Gracias por compartirnos esa sabiduría tuya de hacernos sentir amadas, de ser autosuficientes, trabajadores, mujeres que amamos el arte», expresó.
Como a Pinal le encantaba la música, su homenaje contó con varios números. El primero, de María del Sol, quien pidió un «aplauso estruendoso hasta el cielo», para dedicarle «Nos Volveremos a Encontrar», y tomó las manos de las hijas de la fallecida.
Guzmán colocó un ramo de alcatraces blancos mientras los Solistas interpretaron «Júrame» y «Despedida», de María Grever, y «Bésame Mucho», de Consuelo Velázquez.
Distribuido en las escalinatas del palacio, el Mariachi del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández acompañó a Humberto Cravioto, quien le cantó «La Barca de Oro» y «Nube Viajera».
Una segunda guardia de honor la formaron sus hijas, sus bisnietas, su nieta Giordana Guzmán y Efigenia Ramos, quien fuera su asistente personal por 35 años. De fondo, los Solistas recordaron la etapa de teatro musical de la actriz con «Hello, Dolly» y «Yo Soy la Juventud».
El mariachi interpretó «Amor Eterno» mientras los deudos recibían el pésame de los presentes. Figuras como Humberto Zurita, José Elías Moreno, Dolores Heredia, Laura Zapata y Patricia Reyes Spíndola hicieron guardias en su honor para despedirla con un minuto de aplausos y «Las Golondrinas», a las 13:00 horas.
Otras autoridades presentes fueron los titulares de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Armando Casas), Cineteca Nacional (Marina Stavenhagen) y Filmoteca de la UNAM (Hugo Villa).
Anathan Briss, de 67 años, se dedicó a ser publirrelacionista de José José, Ana Luisa Peluffo y Olga Breeskin. Ayer despidió a la diva.
«(Pinal) Ha estado hasta arriba con los grandes de la época de oro. Ha dejado un legado de sencillez y humildad que muchas le deberían aprender. Era una diva del pueblo y de los mexicanos, representante de las damas mexicanas, porque como madre, política y actriz es un ejemplo de los mexicanos», dijo Briss a Grupo REFORMA.
ASÍ LO DIJO
«Para el público se va la diva, pero para nosotros, su familia, se va nuestra madre».
Sylvia Pasquel
«Es un honor poder sentir el cariño de todo México y de todo el mundo. Estuvimos todos juntos cuando ella trascendió y tuvo su último suspiro».
Alejandra Guzmán
«Fue una mujer que miró al futuro y lo conquistó».
Claudia Curiel de Icaza, Secretaria de Cultura (AGENCIA REFORMA)
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