La paciente silenciosa
“A veces es difícil comprender por qué las respuestas al presente se encuentran en el pasado.” Alex Michaelides
La popularidad alcanzada desde hace ya algunos años me llevó a la lectura de la novela: “La paciente silenciosa”, publicada para México por editorial Alfaguara, con una primera edición en 2019 y que, para este 2024, llega ya a su undécima reimpresión. La historia desde su lanzamiento, fue número uno en ventas del New York Times en su primera semana y considerada la novela debut más vendida en Estados Unidos durante 2019 con más de 6.5 millones de copias.
Alex Michaelides es un escritor y guionista británico chipriota, que estudió literatura y psicoterapia, desarrollando esta última disciplina en una clínica de salud mental para adolescentes.
Comencé su lectura y me llamó la atención el desarrollo de la trama, buen ritmo, buen estilo de escritura, un misterio sin resolver, personajes creíbles, en fin, lo que podría esperarse de un thriller literario. Sin embargo, me sentí desilusionado al final. Aclaro que es mi percepción, y para evitar el spoiler, sólo diré que utilizar la figura del “plot twist”, esto es, el giro argumental o cambio inesperado en una trama, si bien es cierto suele ser un recurso muy efectivo, representa también un riesgo que para asumirse, debe aplicarse con la precisión milimétrica de un relojero, es decir, para que todos los engranes funcionen a la perfección y hagan “clic”, el lector debe contar en su memoria reciente de lectura con la suficiente información que refuerce la posibilidad de ese desenlace sorpresivo. Este recurso suele ser muy exitoso en lo visual, en las películas, donde contamos con una gran cantidad de datos que se presentan sin hacer hincapié, sin decirlo literalmente, pero que son captados, de ahí que llevarlo a la escritura suele ser mucho más complejo.
Cuando leí la novela, no sabía, (hasta ahora que para escribir esta columna investigué), que el autor antes de escribir su primer libro hizo guiones para varias películas de cine, y entonces, todo quedó aclarado. Sin duda, y su éxito lo prueba, es una buena novela para leerse en la dinámica de una nueva literatura, un género o estilo que probablemente ha llegado para quedarse.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.
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